ACUICULTURA - CHILE: Reflexiones para un inicio de año agitado para la acuicultura chilena (2ª PARTE)

Lunes, 24 Marzo, 2008

SALMONICULTORES

Francisco Ariztía, presidente ejecutivo de Mainstream
“El ISA es una manifestación más de los desafíos que enfrentamos”

Según su experiencia, ¿cree que el virus ISA va a llegar a ser tan relevante y perjudicial como el SRS en Chile?

Creo que a estas alturas es aventurado tratar de predecir cuál será la evolución de este virus, ya que su aparición es muy reciente y su verdadero impacto a nivel macro no se conoce con certeza. Lo que resulta evidente es que la eficacia de su control dependerá en gran medida de las acciones que la propia industria –apoyada por una autoridad proactiva– tome hacia adelante. El SRS es una enfermedad bacteriana y, por lo tanto, existen herramientas de control vía medicamentos. Ello no ocurre con el ISA y eso limita su control sólo a buenas prácticas productivas, lo cual impone desafíos importantes que deben ser abordados en forma global y para lo cual hay que generar las herramientas necesarias. Me refiero a manejos de área, densidades de cultivo, coordinación de tratamientos y calidad de los smolts trasladados, entre otros.

Por lo demás esto no tiene nada de novedoso. Todas las industrias de cultivo intensivo de organismos han vivido la aparición de brotes de enfermedades en algún momento de su desarrollo, y el tiempo en controlarlo siempre ha dependido de la eficacia en aislar los focos infecciosos y en el mejoramiento de los sistemas de producción.

¿Qué tan complejo se perfila el escenario sanitario para la industria en los próximos años? ¿Qué efectos va a producir en el desarrollo de esta actividad?

El que la industria vive una situación sanitaria complicada, y que ella no se reduce al virus ISA, creo es una realidad que hay que enfrentar. A la fecha los focos declarados de este virus se circunscriben a pocos centros de aún menos empresas y, por lo tanto, si ese fuera el único problema, quienes no lo tienen mantendrían los parámetros productivos históricos. Lamentablemente, eso no es así.

La industria, en general, ha visto empeorar sus índices biológicos y desde esa perspectiva el ISA es una manifestación más de los desafíos que enfrentamos y debemos resolver. Pero creo que sería un error brutal centrar sólo en él toda la atención.

Como decía anteriormente, la capacidad de sortear con éxito y en forma rápida estos desafíos dependerá de generar un buen diagnóstico de las causas que los originaron, que dicho diagnóstico sea compartido por todos los actores involucrados, y que todos estemos dispuestos a pagar los costos implícitos asociados a los cambios de prácticas que se requieren. Si, por ejemplo, se logra que todas las empresas dentro de una zona geográfica transfieran y cosechen los peces dentro de un período de tiempo acordado, que sólo se trasladen smolts en buena condición sanitaria, que los tratamientos se efectúen en forma coordinada y cuando se requiere, y otras medidas por el estilo, habremos dado un paso gigantesco para la superación de los actuales problemas y su solución puede ser relativamente rápida.

Los nuevos desafíos sanitarios han llevado a algunas empresas a cerrar sus centros en la X Región y abrir nuevos en las regiones XI y XII. ¿Es ésta la solución para enfrentar el tema sanitario? ¿No ocurrirá la misma situación en dichas zonas en un futuro próximo?

Creo que hay que distinguir entre medidas de corto y largo plazo y la realidad de cada empresa. En el corto plazo, es evidente que es preferible transferir peces a zonas en las cuales las condiciones sanitarias son mejores, a quedarse en aquellas que presentan problemas. Pero si lo anterior no viene acompañado de lo señalado en la pregunta anterior, corremos el riesgo de que la situación se repita en un tiempo más en otras áreas.

¿Cómo cree que ha sido manejada la crisis sanitaria por parte de las autoridades de Gobierno?

Más que del Gobierno, habría que hablar del Estado. Y creo también que hay que distinguir distintas aristas.

A mi juicio, el origen de los problemas es de larga data, y en ellos existe responsabilidad, tanto de la industria privada como del Estado. Por lo pronto, el diseño de la institucionalidad no contempló medidas de control como las ya indicadas y ahí fallamos todos.

Por otra parte, no debemos olvidar que hace unos años se determinó un cambio radical en los límites de tolerancia de residuos, yendo mucho más lejos que los requerimientos de los mercados y de nuestros competidores. A pesar de que posteriormente dicha norma fue modificada, durante un largo tiempo se imposibilitó que los peces fueran tratados en forma oportuna, con lo cual la presencia de patógenos en el ambiente se aumentó en forma exponencial, haciendo muchísimo más difícil su control posterior. En definitiva, se generó un ambiente más adverso a los peces y esa es una cuenta que todavía pagamos.

Creo que en el problema actual –que insisto tiene su origen en hechos de larga data como los descritos, y otros en los cuales la responsabilidad recae sobre nosotros– Sernapesca ha actuado muy bien y diligentemente dentro del campo de acción que le compete legalmente. El problema surge de la actual normativa, que impone la participación de otras instituciones del Estado para la aprobación de medidas urgentes y necesarias, como es el uso de fármacos conocidos y usados en todo el resto de la industria mundial. Ahí se han enfrentado problemas serios, con dilataciones costosas y, a mi juicio, innecesarias.

Como director de SalmonChile le tocó enfrentar principalmente acusaciones de dumping y desafíos relacionados con el mercado externo y la internacionalización de la industria salmonicultora chilena. Hoy, sin embargo, los conflictos que vive la industria son internos. ¿A qué atribuye este cambio?

"Cada día tiene su afán", dice el dicho. Los desafíos cambian, pero en la medida que los sigamos abordando con la misma energía y esfuerzo, tendremos como país el mismo éxito que tuvimos en el pasado. Se requiere, eso sí, que todos estemos alineados: Gobierno, trabajadores, empresas, proveedores, etc.


José Ramón Gutiérrez, presidente de Multiexport Foods
“El mercado financiero reconoce la gran historia de emprendimiento de la industria”

¿Cómo afecta a la industria, y especialmente a las empresas abiertas a la Bolsa, la actual situación sanitaria que enfrenta la salmonicultura?

La situación sanitaria general de la industria del salmón de Chile ha afectado negativamente los resultados de todas las compañías productoras. Esto, sumado a los conflictos laborales y las noticias negativas que diariamente los medios están emitiendo sobre el sector, también ha terminado por impactar los precios de las acciones de todas las empresas sin excepción.

El mercado financiero reconoce la gran historia de emprendimiento de la industria –que hace 20 años prácticamente no existía– y el gran potencial que el sector tiene en el largo plazo. Sin embargo, hoy existe incertidumbre respecto de la situación de corto plazo debido, por una parte, a que los resultados financieros han estado muy por debajo de lo esperado y, por otra, a la falta de información clara respecto de la situación sanitaria y laboral que afecta actualmente a la industria. Sobre esto último, todos deberíamos ayudar a corregir. Para el mercado financiero chileno, la acuicultura es una industria nueva, de la cual necesita profundizar sus conocimientos y eso es tarea de todos: empresas acuicultoras, asociaciones gremiales, instituciones gubernamentales, medios especializados, universidades, analistas de las corredoras de Bolsa y bancos de inversión, entre otros. Creo que Noruega es un digno ejemplo de seguir, país que tiene bastante más historia en esta materia que el nuestro.

Finalmente, las industrias dedicadas a la producción de proteína animal tienen comportamientos económicos cíclicos que no son fáciles de entender sino existe la información adecuada y un análisis técnico permanente en el tiempo.


Víctor Hugo Puchi, presidente del directorio de Empresas AquaChile
“Un nivel de violencia y de falta de respeto a las personas nunca antes visto en la X Región”

¿Por qué cree que la imagen de la industria del salmón se ha deteriorado tanto en el último tiempo en el país?

Creo que el deterioro de la imagen está fuertemente relacionado con el tamaño y la importancia de la industria en la economía regional y eso, aunque parezca una contradicción, la ha hecho un blanco atractivo para responsabilizarla de muchas carencias sociales y de problemas que surgen a partir del crecimiento que ha tenido la industria y que no han sido acompañados con la debida inversión social y el necesario gasto en infraestructura y servicios públicos.

¿Por qué cree que el conflicto se desató con tanta fuerza en una de sus empresas?

Creo que aquí hubo varias coincidencias. Había un anuncio hecho con varios meses de anticipación por gente externa a la región que está incentivando un movimiento con fuertes reivindicaciones sociales, tratando de cambiar los equilibrios entre las empresas y los sindicatos por vías violentas e ilegales, y promoviendo un enérgico cuestionamiento a las industrias de mayor visibilidad en Chile, como la minería, la agroindustria, la forestal y la productora de cerdos. Coincidentemente, éstas son las actividades que han presentado un mayor crecimiento y desarrollo, haciéndolas un blanco atractivo –desde el punto de vista político y sindical– para intentar cambiar las reglas del juego por la fuerza.

Nos tocó a Aguas Claras porque fue la primera negociación colectiva del año. Además, coincidió con que la inclinación comunista de los sindicatos de Aguas Claras facilitaron los medios para que en nuestra empresa intentaran hacer una demostración de fuerza al margen de la ley, con un nivel de violencia y de falta de respeto a las personas nunca antes visto en la X Región.

¿Por qué no se ha podido llegar a un acuerdo? ¿Cómo califica usted la demanda de los trabajadores?

Aquí se produjo un quiebre porque hay ciertos principios que son no negociables, por lo menos de parte de la empresa. No hay disposición a negociar con dirigentes que han tenido ese nivel de conducta y han llevado irresponsablemente a los trabajadores a exponer su fuerte laboral con ese nivel de violencia que, es para nosotros inaceptable. Por el bien del país y de la industria no podemos validar este tipo de sindicalismo.

¿Qué llamado haría usted a la comunidad acuícola y a las autoridades frente a esta crisis que vive el sector?

Efectivamente, la crisis sanitaria que está afectando a la industria en general, y que ha elevado los costos por sobre lo normal, nos impone un enorme desafío. Lo anterior se hace más complejo cuando se presentan otras variables que son igualmente adversas, como el tipo de cambio y el alza de los principales insumos en la industria del salmón (alimentos y los combustibles), que inciden fuertemente en todo el costo logístico del transporte para exportar. Todos estos frentes nos imponen un tremendo desafío que seguramente van a requerir de un ajuste importante en la industria. Por ejemplo, demandará ser más eficientes y tomar medidas drásticas en términos de racionalizar costos para poder sobrevivir. Tal vez, esta será la instancia para que hagamos revisiones internas de cómo mejorar y cómo volver a enfrentar estos desafíos.

En el caso del virus ISA, ¿cree que la autoridad sanitaria ha actuado de manera adecuada?

El virus ISA es un factor más dentro de la complicación sanitaria que ha estado viviendo en Chile. En general, hay varios frentes sanitarios que hemos enfrentado, como el SRS, que es la enfermedad más rebelde que tenemos. También se debe considerar el Cáligus, que el año pasado afectó fuertemente la condición sanitaria de la biomasa en el mar. Gracias al eficiente trabajo del año pasado, estamos teniendo positivos resultados con el SRS y el Cáligus y esto –seguramente– va a ayudar a controlar el ISA, que está en pleno proceso de desarrollo y cuyo diagnóstico preciso aún no está determinado. Además, nos permitirá tener una biomasa menos afectada por otras enfermedades.

En el tema del virus ISA queda mucho trabajo a futuro. Todavía no están identificadas las causas y, por lo tanto, las medidas que se están tomando se basan en la información disponible y que nos ha permitido actuar eficiente y rápidamente con medidas transitorias de corto plazo. Es probable que se presenten nuevas medidas en función de nuevos estudios, la evolución de la enfermedad y de cómo se traslade a distintas áreas. Necesariamente va a ser un proceso dinámico en el cual tendremos que ir aprendiendo a manejarnos y ser proactivos en términos de ir adoptando medidas, revisando las ya tomadas y, si hay que cambiar alguna, hacerlo rápidamente.

El principal requisito para un manejo eficiente de esta enfermedad es un adecuado trabajo en conjunto de la industria, de forma que las medidas adoptadas sean coordinadas y efectivas. La disciplina y cooperación serán los ejes fundamentales en el manejo de la enfermedad.

Rodrigo Sarquis, director de Pesquera Itata
“Estamos frente a compañías serias”

Considerando que Pesquera Itata ingresó recientemente al sector acuícola, ¿estaban preparados para enfrentar los desafíos sanitarios y laborales por los que atraviesa actualmente la actividad?

Nosotros siempre supimos que al criar peces íbamos a tener que afrontar el tema sanitario, y parte de este negocio es entender y aceptar que estos riesgos existen y que uno los tiene que manejar adecuadamente. Sin embargo, una de las ventajas que nosotros vimos en la XI Región, especialmente en la zona donde estamos ubicados, es que existe un bajo nivel de operaciones, por lo tanto, hoy el impacto de la actividad es nulo en materia fitosanitaria.

En todo caso, ésta es una industria nueva, que tiene poca experiencia y no tengo dudas de que, a medida que se vayan presentando problemas, las empresas consolidadas y los empresarios van a ser capaces de resolverlos. Más que generar dramatismo, yo creo que estamos frente a compañías serias y personas que creen en esta actividad en el largo plazo.

¿Por qué cree que se han dado manifestaciones laborales tan violentas?

Nosotros desconocemos el fondo de este problema, pero tengo la impresión de que gran parte de lo sucedido en Aguas Claras, que es una de las empresas chilenas líderes en producción de salmónidos, se debe justamente a que es un icono. Aquí no hay un problema real, sino que es más bien la intención de terceros de poder llegar a este sector donde antiguamente no habían estado presentes. Este es un juego de fuerzas y en la medida que sigan participando terceros va a ser mucho más difícil llegar a un acuerdo.


Carlos Vial, vicepresidente ejecutivo de Pesquera Friosur S.A.
“La vida vale más que el riesgo que a alguien le pase algo grave”

Si bien hace unos años el foco de preocupación de la industria se encontraba a nivel externo (acusaciones de dumping, sobreproducción, etc.), hoy el foco de atención está centrado a nivel interno. ¿A qué atribuye este cambio en los desafíos de la actividad?

No diría que antes sólo estábamos focalizados en situaciones externas, como el dumping, y que hoy sucede lo contrario. La preocupación estará siempre en ambos lados. Las variables del negocio que más impactan hoy, tanto a nivel nacional como extranjero, requieren de la participación decidida de mucha gente para enfrentarlas con criterio y pensando en lo mejor para el país en el largo plazo. En la medida que haya crecimiento y buenas perspectivas futuras, los desafíos evolucionan y cambian sin detenerse, lo que requiere de trabajos conjuntos buscando el bien común.

Quizás hoy las cosas están más enervadas pues la industria ha crecido mucho, se expande, pero los resultados no nos acompañan ni tampoco se puede decir que el futuro se vea esplendoroso o al menos exento de la necesidad de una gran dosis de trabajo bien hecho.

Estar conectados con los mercados de destino es muy importante, puesto que el menor dinamismo del mercado japonés, la posible baja en el consumo de Estados Unidos y el ánimo que quedó después del Boston Seafood Show, son factores que debemos tener presentes ya que pueden tener efectos negativos para la sustentabilidad de la industria y el crecimiento del bienestar regional. Estos aspectos se deben sumar y ponderar con el deterioro del dólar, el aumento del costo del petróleo o la baja productividad laboral.

Por otra parte, nuestros competidores y productores de países extranjeros, no dudan en intentar interferir en las agendas internas, llámese laborales, ambiéntales, incluso políticas, para así favorecer a sus propias industrias en perjuicio del desempeño de la actividad nacional. No me cabe duda que en muchas de las acciones que se han desarrollado a nivel sindical, de acusaciones medioambientales o de irresponsabilidad en los mercados, existen intereses de nuestros competidores extranjeros.

No es que no reconozcamos nuestros problemas ni que debamos ajustar las prácticas, pero tampoco veo que lo que hoy ocurre sea un asunto que concierne sólo al frente interno, ni que tenga que ver únicamente con materias vinculadas a la industria. Sabemos de las relaciones o conexiones de las ONG chilenas con el exterior, y en ese sentido nos sorprenden las fuertes declaraciones de la CUT noruega que, tras una corta visita, nos legó un grueso y negativo informe. También resultan llamativas y sospechosas las explicaciones a los accionistas y banqueros de algunas empresas para justificar malos resultados.

Por otro lado, debemos ser cuidadosos con generalizar en estas materias, ya que las realidades al interior de las empresas son diferentes según la región que se trate. Debemos trabajar y dialogar. En esto, coincido con el ministro del Trabajo con quien me une el orgullo de haber echado a andar las Mesas de Diálogo del Salmón, las que deberían ser profundizadas e institucionalizadas, tanto a nivel empresa, industria como de las comunidades donde se desempeñan. Esto debiera realizarse en forma calmada y transparente al interior de las empresas y comunidades, y dejando las agendas externas fuera, que son propias de luchas políticas pero no industriales o laborales. Si esto no se logra, es muy difícil abordar los desafíos que siempre nos enfrentaran. Por supuesto, esto se debe efectuar sin violencia y sin aceptar la participación de los violentos.

Claramente, la violencia que hemos visto en torno a las negociaciones en Aguas Claras no son propias ni tradicionales de la industria, con quienes solidarizo ampliamente pues debe resultar muy frustrante y desmotivador para todos (trabajadores, ejecutivos, accionistas y proveedores, entre otros) ver los niveles de intolerancia, violencia e incomunicación a los que se puede llegar cuando las mentes se nublan y dejamos que la fuerza termine imponiendo su lógica de muerte. Cerrar la planta estuvo bien, porque bajo la violencia no se puede trabajar. La vida vale más que el riesgo que a alguien le pase algo grave.