Acuicultura de España, líderes en producción, en investigación e innovación

Jueves, 14 Julio, 2022

Uno de los objetivos que se ha propuesto en la Asociación Empresarial de Acuicultura de España (APROMAR), y en especial en los últimos tiempos a través de la campaña “Acuicultura de España”, es conseguir que la acuicultura nacional sea conocida y valorada por la sociedad española como un método sostenible de obtención de especies acuáticas animales y vegetales. 

El desconocimiento del sector y de los productos de la acuicultura española es una realidad, mal que nos pese. Un desconocimiento al que, por otra parte, se suma la desinformación y los mitos que durante años han sobrevolado la actividad; con el consiguiente daño sobre su imagen y reputación. Una percepción  inexacta o errada sobre la que también es necesario actuar.

En cualquier caso, para dar a conocer la realidad de la acuicultura española, así como para refutar narraciones erróneas o tergiversadas, se cuenta con una baza incuestionable: la evidencia científica. Y es que es mucha la ciencia que hay detrás de la acuicultura nacional y no solo como una forma de poner de relieve, o contrastar, el buen hacer de las empresas y la excelente calidad de los productos, sino como motor de  propio desarrollo, crecimiento y senda hacia los máximos estándares en materia de sostenibilidad.

Si el sector y los productos de la acuicultura en España son en gran parte desconocidos, este papel de la investigación y la innovación en el que se apoya la actividad, es menos conocido todavía.

Ciertamente, España no es solo el principal país productor de acuicultura de la UE (con más de 260 000 toneladas y un 23% del total) sino que es, además, un referente en I+D+i. Algo que a día de hoy tiene más importancia, si cabe, desde el mismo momento que la I+D+i se considera un impulsor clave para acelerar la transición a sistemas alimentarios más sostenibles y saludables, así como también más eficientes, con menor uso de recursos así como más rentables desde el punto de vista económico y de generación de empleo.

UNA TRAYECTORIA DE CINCUENTA AÑOS

El importante papel de la investigación en acuicultura en España se retrotrae a la década de los setenta, con una actividad todavía en ciernes y grandes entusiastas del sector, tanto investigadores como productores. Por aquel entonces, se consideró la investigación como un elemento esencial. Y es que se hacía necesario establecer las bases técnicas para el desarrollo industrial de la actividad en un escenario en el que solo el mejillón tenía una importancia económica destacable y en el que las demás líneas de desarrollo, peces sobre todo, estaban en una fase muy incipiente.

Ya a  finales de los setenta algunos grupos de investigación españoles en el ámbito de la acuicultura intentaban consolidarse, era el caso del IEO de Murcia o del CSIC de Castellón y Cádiz. Las especies sobre las que se comenzaba a trabajar muy reducidas: dorada, langostino y lubina. A día de hoy, la dorada y la lubina son las principales especies sobre las que se asienta la acuicultura marina de peces en España.

En el transcurso de estos años, las investigaciones se centraron tanto en asentar las bases tecnológicas, superar los cuellos de botella y la apuesta por la diversificación de especies, como -una vez ya con un sector cada vez más consolidado- en la búsqueda de mejoras tecnológicas y mayor eficiencia de las instalaciones y uso de recursos, nutrición, mejoras en la gestión, mejoras medioambientales, también en materia de salud y bienestar animal, en nuevas oportunidades de mercado, etc. Todo ello pensando en el crecimiento del sector, la rentabilidad de las empresas, pero también en el consumidor, la sociedad y el medio ambiente. Campos como la nutrición, la fisiología, la salud y el bienestar animal, la genética y la sostenibilidad copan ahora gran parte de las investigaciones en las que, insistimos, España es referente en la UE situándose como uno de los mayores productores científicos en I+D en acuicultura del mundo.

Lejos queda ya aquel reducido número de especies y grupos que luchaban por consolidarse, en consonancia con un sector todavía embrionario. A día de hoy las actividades de I+D+i en materia de acuicultura está en manos de un conjunto de agentes muy amplio. Principalmente, centros de investigación y universidades (en torno a 40 centros de investigación y cerca de 90 departamentos universitarios), centros tecnológicos y de innovación, como es el caso del CETGA y Ctaqua;  y el tejido empresarial. Todo este esfuerzo ha llevado a que España se posicione a  la cabeza en términos de innovación y sostenibilidad trabajando, desde hace años, en la construcción de los pilares sobre los que se ha erigido un sector acuícola moderno y comprometido con los aspectos ambientales, sociales y económicos de las zonas costeras y rurales en las que se desarrolla.