Acompañada por representantes de piscifactorías de toda la región, Silvia Clemente destacó la importancia que tendrá este nuevo complejo para la investigación y la transferencia de tecnología con las empresas dedicadas a la producción piscícola, tanto de agua dulce como de agua salada.
A juicio de Silvia Clemente, el impulso a la innovación en el sector agrario y agroindustrial “es uno de los pilares sobre los que se sustenta su modernización y uno de los objetivos de la Consejería de Agricultura y Ganadería en la presente legislatura”. En esta línea señaló que el Centro constituye una “pieza de negocio” y una “inversión que permite avanzar en la rentabilidad ” del sector.
Además puso de manifiesto la importancia que tiene la investigación y la innovación a la hora de garantizar la calidad alimentaria, con una creciente demanda ante las últimas crisis ocurridas en el sector de la alimentación, tanto de pescado como de carnes.
Del mismo modo, definió a la acuicultura como una oportunidad de dinamizar y diversificar la economía rural teniendo en cuenta el gran potencial de Castilla y León en cuanto a la calidad y la extensión de sus recursos hídricos.
El complejo se construirá en las instalaciones del antiguo silo de cereal del extinguido Sempa, situado en la carretera de Arévalo, cerca del río Eresma, y que fue transferido a la Junta desde el Ministerio de Agricultura.
El proyecto de la Junta mantiene su intención de conservar la estructura del actual edificio, que cuenta con protección urbanística, y el que acogen las oficinas anexas. En todo caso será preciso realizar obras de ampliación y mejoras de los inmuebles.
La importancia de la construcción del nuevo Centro de Investigación se basa además en la existencia de una amplia red de 35.000 kilómetros de ríos y 45.000 hectááreas de aguas embalsadas. Este hecho ofrece múltiples oportunidades para el desarrollo de cultivos acuícolas. De hecho, en Castilla y León existen 26 piscifactorías de cultivo de agua dulce, con una producción de 6.000 toneladas de peces, especialmente de trucha arco-iris.
Además en Castilla y León se encuentran tres de las grandes empresas de piensos para acuicultura del país: la burgalesa Sretting, la palentina Proacua, y la segoviana Bibaq-Diproteg, que es la líder en el arco mediterráneo y la tercera en el conjunto de la UE. Además tiene como objetivo expandir su producción al continente americano y al asiático.
Con el nuevo centro se podrá avanzar en la investigación para la actividad productiva de otras especies de agua distintas a las autóctonas.
En la presentación del proyecto participó también el director de investigación del Itacyl, Luis Rodríguez, quien destacó del nuevo centro el sistema de pretratamiento y producción de agua marina artificial y el ahorro de recursos hídricos que incorporará el complejo, donde se crearán unos 20 puestos de trabajo de alta cualificación, tal como detalló la consejera Clemente.
Luis Rodríguez, que repasó las excelencias del nuevo centro también indicó que con él se podrán abrir nuevas oportunidades para avanzar en la producción industrial de especies aunque no sean autóctonas.
En representación de las empresas del sector habló María Angeles Palacios, del grupo Piszolla, quien destacó el importante papel que tiene España con Francia y Dinamarca en la producción de salmónidos. Añadió que exporta el 40 por ciento de esa cantidad, casi dos millones de kilogramos.
Por su parte, Carlos Tejedor, presidente ejecutivo del grupo Dibaq, que tiene su sede en Fuentepelayo y que hace de Segovia la provincia española líder en producción de piensos para peces, aportó más datos del consumo de pescado, del que dijo que el 42 por ciento procede de la acuicultura y el resto de la actividad extractiva. Pero anunció que esa cuota crecerá en los próximos años y que, por tanto, está destinado a generar empleo.
Peces de agua dulce y salada
El proyecto que maneja la Consejería de Agricultura para Segovia permitirá investigar en la alimentación de especies de peces del medio marino y de la red fluvial.
Con su laboratorio, que formará parte de las instalaciones repartidas en 1.500 metros cuadrados, se podrá avanzar en las nuevas dietas de pienso y realizar ensayos de nutrición para peces de agua dulce como la trucha arco-iris, la carpa, la pilapia, el esturión o la tenca.
De agua salada se podrán estudiar las especies langostino, dorada, besugo, rodaballo, lubina, corbina y lenguado. Pero también se trabajará sobre especies de cultivos sobre las que actualmente se investiga como el pulpo, besugo, atún, mero, parga, la vieira, almezas, ostras, centollo, el erizo de mar o el bogabante.
Sanidad y calidad alimentaria
Uno de los objetivos sobre los que se trabajará en el nuevo complejo será en el empleo de técnicas que permitan acelerar el crecimiento y en la domesticación de nuevas especies.
En esta línea de investigación, el nuevo centro trabajará en el desarrollo de técnicas de diagnóstico rápido con el fin de estimar la prevalencia de patógenos de interés en piscifactorías y en la reducción de los residuos generados en los centros de producción a través de la mejora en el aprovechamiento del alimento.
Los representantes de las empresas del sector destacaron la importancia que tienen estas características en la creciente producción de peces de criadero porque garantiza mucho mejor la sanidad y la calidad alimentaria.