Martes, 15 Diciembre, 2009
En un acto realizado hoy en Santander, Jesús Miguel Oria, consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad del Gobierno de Cantabria y Enrique Tortosa, director general del Instituto Español de Oceanografía (IEO), presentaron el convenio de colaboración, suscrito entre ambas instituciones y destinado a la realización de un estudio de viabilidad del cultivo del bocarte. Este acuerdo, que finalizará el 31 de diciembre de 2012 y está financiado con
176.350 euros, tiene como destino el abastecimiento de bocartes a la industria conservera y su uso como cebo vivo.
El objetivo del proyecto es disponer de una técnica que permita la obtención de ejemplares de bocarte de tamaño y calidad adecuado, para su uso en la industria conservera y como sustitutivo de cebo vivo salvaje, destinado a pesquerías de otras especies, principalmente túnidos.
De esta manera se posibilitará criar en cautividad bocartes, manteniendo la garantía de calidad de la anchoa del cantábrico, ya que debido al cierre de la pesquería este pescado no se puede capturar en la mar desde el 2005.
Mediante este proyecto se pretende demostrar que es posible criar bocartes. De hecho, el Centro Oceanográfico de Santander del Instituto Español de Oceanografía cuenta con ejemplares de esta especie, capturados en la mar, que viven perfectamente en cautividad alimentándose del pienso elaborado por el propio laboratorio. Estos bocartes forman parte del proyecto que el IEO, el Instituto Vasco de Investigación Marina (AZTI); el Acuario de San Sebastián y la Universidad de Oviedo, están llevando a cabo para caracterizar genéticamente esta especie.
Los estudios llevados a cabo por este grupo investigador servirán de base para el proyecto que se desarrollará al amparo del presente Convenio.
La finalidad principal de este estudio es que en tres años se pueda contar con un bocarte criado en cautividad que sirva para el salazón y que cuente con la misma calidad que el que se encuentra en estado salvaje. El proyecto incluye un análisis bioquímico de la composición de la anchoa que se encuentra en la mar para que la cultivada tenga los mismos ácidos grasos, proteínas y textura.
Este bocarte no tendrá parásitos, pero será necesario asegurar que mantiene una variabilidad genética que, incluso, permitiese en el futuro utilizarlo para repoblar la pesquería del Cantábrico.
El Instituto Español de Oceanografía (IEO) es un organismo público de investigación (OPI), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, dedicado a la investigación en ciencias del mar, especialmente en lo relacionado con el conocimiento científico de los océanos, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y el medio ambiente marino. El IEO representa a España en la mayoría de los foros científicos y tecnológicos internacionales relacionados con el mar y sus recursos. Cuenta con nueve centros oceanográficos costeros, cinco plantas de experimentación de cultivos marinos, 12 estaciones mareográficas, una estación receptora de imágenes de satélites y una flota compuesta por seis buques oceanográficos, entre los que destaca el Cornide de Saavedra, de 1.100 toneladas de desplazamiento y 68 m de eslora.
176.350 euros, tiene como destino el abastecimiento de bocartes a la industria conservera y su uso como cebo vivo.
El objetivo del proyecto es disponer de una técnica que permita la obtención de ejemplares de bocarte de tamaño y calidad adecuado, para su uso en la industria conservera y como sustitutivo de cebo vivo salvaje, destinado a pesquerías de otras especies, principalmente túnidos.
De esta manera se posibilitará criar en cautividad bocartes, manteniendo la garantía de calidad de la anchoa del cantábrico, ya que debido al cierre de la pesquería este pescado no se puede capturar en la mar desde el 2005.
Mediante este proyecto se pretende demostrar que es posible criar bocartes. De hecho, el Centro Oceanográfico de Santander del Instituto Español de Oceanografía cuenta con ejemplares de esta especie, capturados en la mar, que viven perfectamente en cautividad alimentándose del pienso elaborado por el propio laboratorio. Estos bocartes forman parte del proyecto que el IEO, el Instituto Vasco de Investigación Marina (AZTI); el Acuario de San Sebastián y la Universidad de Oviedo, están llevando a cabo para caracterizar genéticamente esta especie.
Los estudios llevados a cabo por este grupo investigador servirán de base para el proyecto que se desarrollará al amparo del presente Convenio.
La finalidad principal de este estudio es que en tres años se pueda contar con un bocarte criado en cautividad que sirva para el salazón y que cuente con la misma calidad que el que se encuentra en estado salvaje. El proyecto incluye un análisis bioquímico de la composición de la anchoa que se encuentra en la mar para que la cultivada tenga los mismos ácidos grasos, proteínas y textura.
Este bocarte no tendrá parásitos, pero será necesario asegurar que mantiene una variabilidad genética que, incluso, permitiese en el futuro utilizarlo para repoblar la pesquería del Cantábrico.
El Instituto Español de Oceanografía (IEO) es un organismo público de investigación (OPI), dependiente del Ministerio de Ciencia e Innovación, dedicado a la investigación en ciencias del mar, especialmente en lo relacionado con el conocimiento científico de los océanos, la sostenibilidad de los recursos pesqueros y el medio ambiente marino. El IEO representa a España en la mayoría de los foros científicos y tecnológicos internacionales relacionados con el mar y sus recursos. Cuenta con nueve centros oceanográficos costeros, cinco plantas de experimentación de cultivos marinos, 12 estaciones mareográficas, una estación receptora de imágenes de satélites y una flota compuesta por seis buques oceanográficos, entre los que destaca el Cornide de Saavedra, de 1.100 toneladas de desplazamiento y 68 m de eslora.