Miércoles, 9 Diciembre, 2009
A Jesús Cano, profesor de Genética de la Universidad de Málaga, se le ilumina el rostro cada vez que le preguntan sobre el futuro de la tilapia en nuestra provincia. Este entusiasta de los cruces naturales, un mendeliano "de toda la vida", busca –como se buscó casi desde la noche de los tiempos– "crear especies mejor adaptables" a nuestro clima o a otras circunstancias. Ahora confía en que las investigaciones que desarrolla el Ayuntamiento de Torrox y el Aula del Mar den lugar a un nuevo ´rey´ de la alimentación en todo el continente europeo: el pez tilapia.
–Hace escasas fechas participó en calidad de ponente dentro de unas jornadas sobre acuicultura que fueron respaldadas por la Junta y la Diputación, ¿hasta qué punto estamos ante una revolución económica, de prosperar las líneas de investigación abiertas, para nuestra alimentación?
–Hace escasas fechas participó en calidad de ponente dentro de unas jornadas sobre acuicultura que fueron respaldadas por la Junta y la Diputación, ¿hasta qué punto estamos ante una revolución económica, de prosperar las líneas de investigación abiertas, para nuestra alimentación?
–Una de las misiones de la universidad, y por supuesto ahí figura la Universidad de Málaga por su gran potencial en investigación, es la de transmitir nuevos conocimientos a la sociedad. Y precisamente iniciativas como la del Ayuntamiento de Torrox, con el que llevamos ya varios años trabajando, son apuestas valientes y con bastante acierto. Buscamos un nuevo pez, bajo en grasas perjudiciales, y adaptable a los cultivos existentes ya en la comarca de la Axarquía. Es una buena inversión el investigar y probar en especies marinas que ya son una realidad en otros lugares del planeta su adaptabilidad al clima malagueño. La idea a priori es digna de aplaudir y confiamos en que la tilapia, por ejemplo, se pueda pronto producir desde aquí.
–¿Por qué han elegido este pez y no otros ya conocidos aquí?
–La mayoría de los peces que nos comemos en Andalucía son especies carnívoras y desde el punto de vista de la producción no son tan sostenibles. La dorada, la lubina... se cultivan con harina de pescado. Para producir un kilo de pez vivo necesitan dos de pescado. Eso es insostenible desde el punto de vista medioambiental. Los recursos que necesitamos para su producción no compensan si los comparamos con otros peces. Por eso nos fijamos en especies como la tilapia, o en las carpas, que se producen también en algunas áreas de China. Éstas se alimentan de vegetales y proporcionan también buenos filetes, buen sabor y la trazabilidad que requiere el mercado. La tilapia ya es la segunda especie marina que más se produce en el mundo. En Europa está por descubrir, pero esos datos son muy significativos.
–Ahora hace falta que sigamos el ejemplo de esos otros países, como Estados Unidos o China.
–Es un pez muy versátil y no requiere producciones muy grandes. Lo mejor en nuestro caso es que se puede cultivar dentro de invernaderos. Y precisamente Torrox es un municipio con un elevado porcentaje de suelo dedicado al cultivo bajo plástico. Desde aquí será posible, como ocurre en la actualidad con los cultivos hortofrutícolas de esta zona tan cálida, su exportación a Europa.
–¿Cuál es su verdadero potencial?, ¿se implantará a medio plazo en nuestra dieta?
–¿Cuál es su verdadero potencial?, ¿se implantará a medio plazo en nuestra dieta?
–Es altísimo. Porque con los cruces estamos buscando que la tilapia bien adaptada a nuestro clima sea el pollo de agua, el rey de todos los peces. Podemos consumir faisán, avestruz u otras aves, pero la cotidiana es la de pollo, porque está muy estandarizada, se puede tabular bien y es barata. En la acuicultura bien puede ser la tilapia el pez del futuro. Estoy seguro de que va a relegar en las mesas de los restaurantes y también en el mercado y, desde luego, en nuestra mesa, tanto a la dorada como a la lubina. Vamos hacia el pollo de agua.