Rara es la persona que no se pregunta cuando alza la vista hacia el horizonte qué son esas manchitas negras que sobresalen del mar en las inmediaciones de la antigua torre de El Cable, adonde llegaba el mineral de la mina para cargarse en las embarcaciones. Esa sucesión de artilugios no es más que la parte visible de un complejo entramado de bateas para la cría del mejillón que desde hace ocho años funciona en Marbella. Y la familia tiene visos de crecer.
La acuicultura -el cultivo de organismo acuáticos, incluidos peces, moluscos, crustáceos y plantas acuáticas- se está convirtiendo en una alternativa rentable tanto desde el punto de vista empresarial como desde el medioambiental, para no esquilmar los recursos marinos. Prueba de ello es que hay tres empresas interesadas en montar estas peculiares fábricas en alta mar para la producción de mejillón, en dos de los casos, y de lubina y dorada, en el tercero. En total, para la provincia malagueña hay 14 propuestas encima de la mesa a la espera de recibir permiso de la Junta.
Nuevo yacimiento
«Prácticamente la mitad del pescado que consumimos procede de la acuicultura, que además de ser fuente de ingresos y de empleo, contribuye al bienestar social y a la conservación de medio marino», explica el diputado provincial de Medio Ambiente, Miguel Esteban, que cifró en el 43 por ciento la producción con este origen frente al casi anecdótico 6 por ciento de hace cuatro décadas. Es más, destacó como ejemplo de la oportunidad que ofrece la acuicultura que de las 40.000 toneladas que se comercializaron el año pasado en Mercamálaga, sólo 14.000 tuvieron el sello de la provincia. «Es un nuevo yacimiento», dijo.
Tanto es así que la Diputación de Málaga tiene en marcha el proyecto Aquanostrum, impulsado con el apoyo de la Mancomunidad de la Costa del Sol y de la de la Axarquía, con el que se prevé impulsar la actividad en la provincia de Málaga gracias al asesoramiento a empresarios y al intercambio de experiencias. «El proyecto es de generación de empleo y queremos que haya una implicación tanto de los sectores públicos como privados», apuntó Enrique Monterroso, coordinador de la Unidad de Recursos Europeos de la Diputación. Parte de los 344.500 euros de presupuesto provienen de la Fundación Biodiversidad, del Fondo Social Europeo.
Hace diez días se conocían además las conclusiones de un estudio prospectivo internacional, liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en el que han participado universidades europeas e investigadores de la FAO, y que acaba de publicar la revista Bioscience. Afirma que la acuicultura marina podría multiplicar por veinte su actual producción a mediados de siglo y será fundamental para alimentar a los 9.200 millones de habitantes que se espera habrá en el 2050.