Según datos de la Consellería de Pesca, desde el 2004 han sido vendidas a través de lonjas de Pontevedra y A Coruña unas 281 toneladas de algas, una proporción pequeña respecto a la que procesa Ceamsa en Porriño para obtener carragenatos, aditivo empleado en la industria láctea y cárnica, utilizado como espesante para gominolas o helados y empleado también en productos de droguería. La compañía emplea a cien trabajadores y procesa al año entre 300 y 400 toneladas de algas de las costas de Galicia, muy poco en comparación con las 5.000 toneladas de producto seco que importa de distintos países del mundo.
La producción de algas gallegas ronda al año las 600 toneladas, con lo que apenas se logra cubrir el 12% de las necesidades de esta industria.
Consumo directo
En el campo del consumo directo, firmas como Algamar, Portomuíños y Conservas e Ahumados Lou desarrollan una labor de promoción de sus preparados dando a conocer sus importantes valores nutritivos y sus posibilidades culinarias.
La gran diversidad que existe en el litoral gallego, con más de 600 especies catalogadas, hacen de la comunidad «la mejor huerta submarina del sur de Europa» y en su estudio y divulgación con el objetivo de dar el salto desde los paladares más selectos hasta un grupo más amplio de consumidores también colaboran varias universidades.
Según Antonio Muíños y Fermín Fernández, propietarios de Porto Muíños y Algamar, respectivamente, el volumen de algas en peso seco procesadas entre ambas firmas y Lou ronda las 300 toneladas.
Especies conocidas como el espagueti de mar, la lechuga de mar, el nori o el dulse se incluyen en múltiples recetas culinarias. A estas se les han sumado en los últimos años las algas cultivadas. El wakame o el kombu de azúcar, con gran tradición en la cocina japonesa, están también entre las más apreciadas en Galicia. Del kombu (Laminaria saccharina) recogerán la próxima semana una cosecha de 20 toneladas en el polígono de Merexo (Muxía) que explota la firma Agrogalicia. Según su gerente, Valeriano Moldes, al margen de los problemas que pueden ocasionar los temporales en la recolección o de otros obstáculos puntuales, el cuello de botella para estos productos en conserva o deshidratados está en la comercialización.
Porto Muiños también recogerá la próxima semana unas diez toneladas de kombu de tres polígonos de Lorbé y Sada, en la ría de Ares. «El reto es de comercialización, que haya cultura -explica Antonio Muíños- pero las algas se están poniendo de moda como producto ecológico, la gente se anima a probarlas y los consumidores aprenden uno de otros, además estamos mejorando los productos». Manuel Loureiro, de Lou, dice que el sector «va en auge, pero aún hay que romper el hielo con muchos consumidores». «Nosotros ya las introducimos en sopas, pastas, o galletas», añade. Precisa que aunque los cultivos van en aumento, todavía hay que comprar la simiente en Santander o en Francia.
ACUICULTURA - ESPAÑA: La producción de algas apenas cubre el 12% de las necesidades gallegas
Lunes, 14 Abril, 2008