Según fuentes de la UMU, «muchos de los esfuerzos de la acuicultura de peces están centrados en conseguir la reproducción en cautividad de las especies de interés, mediante la domesticación, la manipulación ambiental y hormonal, entre otros».
De hecho, indicó que «una vez conseguida la puesta y la fertilización, los protocolos intensivos de cría embrionaria y larvaria están diseñados para incrementar la ingesta, el metabolismo y el crecimiento de la progenie, empleando regímenes de fotoperiodo (oscuridad e iluminación constante), y de temperatura muy alejados del medio natural».
En este sentido, el grupo de investigación justificó su creencia en que estas manipulaciones durante el desarrollo temprano «pueden condicionar de forma irreversible el desarrollo del sistema circadiano que controla los ritmos biológicos incluidos los ritmos de actividad, alimentación y reproducción».
Por tanto, la finalidad del proyecto será determinar si las manipulaciones tempranas de las condiciones ambientales del fotoperiodo, temperatura, y alimentación que impone la práctica acuícola «producen efectos organizacionales en el reloj biológico que puedan comprometer de manera irreversible la calidad de la progenie afectando, en particular, al desarrollo de su sistema circadiano y sus ritmos de comportamiento y reproducción».
Para ello, el grupo analizará como principal modelo «una especie de enorme interés para la acuicultura como el lenguado, que experimenta un verdadero proceso metamórfico durante su desarrollo y cuyo cultivo sigue siendo problemático para los acuicultores».