ACUICULTURA - ESPAÑA: Un investigador almeriense quiere comercializar algas frescas para consumo humano

Jueves, 8 Octubre, 2009

La Lechuga de Mar presenta un ritmo de crecimiento que resulta rentable para su producción y venta. Además posee cualidades nutricionales muy interesantes.

Es posible que en un futuro no muy lejano la comercialización de productos de IV Gama en Almería tenga que hacerle un hueco a un alimento poco almeriense: la Lechuga de Mar. Se trata de un alga que prolifera en costas del Mediterráneo y del Atlántico, a escasa profundidad y cercana a las rocas. Normalmente este alga (Ulva Lactuca) se vende, al igual que sus hermanas marinas, desecada. Sin embargo, un joven almeriense pretende sacarlas al mercado en fresco, listas para su consumo.

Jorge Érice del Castillo es ingeniero técnico agrícola y ha centrado su proyecto de fin de carrera sobre este alga, muy famosa en China y Japón, pero apenas conocida en nuestro país. “Las únicas empresas que la distribuyen lo hacen desde Galicia”. El objetivo que se le plantea es doble; primero, establecer si la producción de este liquen resulta rentable desde el punto de vista económico, y segundo, si es factible introducir este alimento en un mercado acostumbrado a las hortalizas bajo plástico pero no a las que provienen del mar.

En el primer caso, Érice está convencido: “Los estudios demuestran que en un metro cuadrado, este alga puede crecer unos 100 gramos por día. Si extrapolamos los resultados a un cultivo intensivo en hectáreas, el rendimiento está asegurado”. Las opciones serían dos: hacerlo en su hábitat natural o en tierra, en piscifactorías. Las dos alternativas son viables. “Si se cultiva bajo el mar, tendríamos que contar con una estructura cercana a la superficie y que no estuviera expuesta a mucho oleaje, y simplemente habría que desarrollar un sistema de anclaje mediante cajas o redes”. De esta forma, la Lechuga de Mar podría crecer hasta 20 gramos por día, puesto que la planta no necesita ningún tratamiento: los nutrientes del litoral son más que suficientes.

Si se prefiere la vía terrestre, los resultados se podrían implementar controlando de forma artificial sus factores de crecimiento, como la temperatura o la incidencia lumínica. El problema, nuevamente, es hacerse un hueco en el mercado local. La dificultad no radica en el nivel de competencia, sino en introducir un producto nuevo y atípico en la cesta de la compra de los almerienses.

En cualquier caso, las cualidades nutricionales de este alga la convierten en un alimento más que recomendable: posee antioxidantes, minerales, fibra, calcio, ácido grasos Omega 3, un porcentaje importante de proteínas, nada de grasas y múltiples vitaminas entre las que destaca la B12, la ‘carne’ para los vegetarianos (una sustancia que no se encuentra en ninguna planta terrestre).

Con estos alicientes, este almeriense va a constituir la Empresa de Base Tecnológica (ebt) Marcreto, que también contará con representación de la Universidad de Almería. Aún no se ha constituido como firma propia porque están elaborando el plan de empresa y viendo las posibilidades de financiación. Lo que sí tiene claro este ingeniero es que esta iniciativa está dirigida a Almería, donde se quiere empezar a cultivar y vender.

Un recurso poco conocido con múltiples utilidades

Los avances científicos relacionados con las algas (en los que Almería está jugando un papel importate a nivel andaluz) confirman lo que ya dice la sabiduría oriental. Sin embargo, más allá de sus propiedades nutritivas, las algas poseen interesantes aplicaciones para distintos campos, desde el ámbito de la salud (estudios demuestran que poseen grandes concentraciones de luteína, sustancia que previene las enfermedades degenerativas de la vista, entre otras), hasta el campo de las energías renovables, donde las microalgas constituyen una base para la producción de bioetanol o biodiésel. Además de su utilización para consumo humano (en fresco o en seco), se puede comercializar como alimentación para peces, en el área de la acuicultura.