- El anterior Gobierno no transigió con la instalación de plantas de acuicultura en zonas sensibles de la costa. ¿Qué posición adoptarán ante una tesitura similar?
- En todo va a haber un trato especial. Trabajamos a una escala enorme y a esa escala esas instalaciones son irrelevantes, pero cuando ponemos la lupa podemos estimar que a escala económica son necesarias. La elaboración del plan del litoral es un trabajo duro. En casos como esos tenemos que remangarnos y buscar alternativas. Y si decimos que no es posible determinado asentamiento en un suelo concreto es porque estará científicamente demostrado. Tenemos que buscar un equilibrio.
- Entonces, cabe la posibilidad de conjugar instalaciones de ese tipo con la protección del litoral.
- Una planta acuícola puede hacer mucho daño. Lo estudiaremos como cualquier otra propuesta, conscientes de que tiene un valor añadido. Depende de cuál y de qué dimensiones. Una planta acuícola también se puede hacer sostenible. ¿Cómo se pueden implantar polígonos industriales donde no hay siquiera cobertura de móvil?
- El plan del litoral llegará con cinco años de retraso respecto a los plazos legales, como las directrices del territorio, y la adaptación de los planeamientos a la ley es muy lenta.
- Es necesaria coordinación entre los municipios y tutelados desde la Administración autonómica. Definir el modelo de directrices del territorio será fantástico.