Acuicultura, un sector con gran potencial y lento crecimiento

Jueves, 1 Diciembre, 2022

Cada año se producen más de 700 toneladas de truchas, pero la principal actividad la representa la fabricación de piensos con destino a piscifactorías donde alimentan a peces de agua dulce y salada, de España y de otros 35 países de todo el mundo.

La celebración del Día Mundial de la Acuicultura, iniciativa con la que se busca trasladar la importancia de esta actividad en nuestro país y el compromiso de ésta con el desarrollo sostenible, pasó ayer inadvertida en la provincia, donde el sector cuenta con una larga historia, y representa aún un importante puntal económico y laboral. Aunque la cría y engorde de peces se desarrolla desde hace décadas, son las actividades indirectas vinculadas las que más crecimiento han experimentado en estos años, especialmente la producción de piensos.

La cría y producción de peces se encuentra estancada hace tiempo. El conocido mesonero Cándido popularizó la receta de la ‘trucha a la segoviana’. Para garantizarse el abastecimiento de materia prima se hizo con su propia piscifactoría en el río Cega. Tras su cierre, recientemente se ha retomado un proyecto para reutilizar la instalación como piscifactoría de nuevo, aunque a pequeña escala. También fueron muchas las personas que vivieron de la pesca de tencas en las numerosas lagunas que había en los pueblos. De reconocido prestigio fueron las de Cantalejo, Lastras de Cuéllar, o las de Sanchonuño. Pero esta actividad se encuentra ya desaparecida.

TRUCHAS DEL DURATÓN
A día de hoy, la principal producción de trucha arcoiris se ubica en Fuentidueña, donde el grupo francés Aqualande explota las instalaciones, enclavadas en el río Duratón complementado con caudal del manantial de El Salidero que además de agua con temperatura constante aporta una alta calidad. Aquí se calcula que se producen dos toneladas de truchas, como media diaria. Antes de su adquisición por el grupo francés, la piscifactoría pertenecía a la empresa Industrias Piscícolas Españolas Agrupadas (Ipeasa).

También funcionó otra pequeña piscifactoría aguas abajo, en el núcleo de los Valles de Fuentidueña. Y figuran en los registros de la Administración regional otras pequeñas explotaciones en Navafría y en Sacramenia. De algunas de estas piscifactorías salen también muchos alevines que se destinan a repoblar ríos, tanto de Segovia como de otras provincias. El hecho de que muchos cauces se queden secos en algunas temporadas del año, ha hecho más imprescindible que nunca el papel de las piscifactorías para garantizar la fauna piscícola en la red fluvial española. Tanto asociaciones de pescadores como la propia administración regional se encarga de distribuir los peces nacidos en cautividad. La de Fuentidueña también es una de las principales proveedoras de alevines.

ACTIVIDAD RECREATIVA
En la ladera madrileña de la Sierra de Guadarrama, las truchas nacidas en los ríos segovianos gozan un gran prestigio para quienes practican la pesca. Ya es típica la suelta de truchas en el Coto del Molino de la Horcajada, en Canencia, 50 metros aguas abajo de la presa de Pinilla y justamente en el tramo de pesca de captura y suelta. El coto está gestionado conjuntamente por la Comunidad de Madrid- que realiza tareas de mantenimiento y se encarga de adquirir los peces- y la Sociedad de Pescadores Alto Valle del Lozoya, que cuida y explota el coto.

Pero es la producción de piensos para peces la que mantiene a Segovia como la provincia líder en este tipo de actividad. De la mano del grupo Dibaq, su fábrica de Fuentepelayo sacará este año 2022 más de 35.000 toneladas de producto con destino a cuatro continentes. Son 35 países los que reciben la producción de Segovia. Más del 80 por ciento de los piensos elaborados se dirigen a exportación. Con estas cifras el grupo, puesto en marcha por la familia Tejedor, es líder a nivel europeo. Su director general, José Luis Tejedor, recuerda que además de la producción, la empresa dedica un importante esfuerzo a aportar la tecnología necesaria a sus clientes para que puedan producir de forma fresca y segura para los consumidores. “El principal reto que tenemos pasa por que la población cuente con un alimento seguro y de calidad”.

Bastante más de la mitad del pescado que se consume en el mundo procede de piscifactorías, dado que los recursos naturales son limitados. Estos centros son los que pueden garantizar una proteína de calidad y suficiente para una población que sigue en crecimiento. “Nuestra misión es aportar una alimentación saludable, sostenible, eficiente y que no disminuya recursos naturales, para poder producir proteína para la población mundial”, afirma.

SECTOR EN EXPANSIÓN
Los responsables de las empresas que explotan las piscifactorías en España aseguran que la acuicultura es un sector que todavía se encuentra en fase de desarrollo.

La misma empresa que gestiona la de Fuentidueña cuenta con otras en la provincia de Salamanca. En total, en Castilla y León, funcionan 27 piscifactorías. De ellas salen más de 5.300 toneladas de trucha arcoíris, 20 de tencas y 2,4 de salmón. Con estas cifras, la región es líder en producción de acuicultura continental. Pero además de esto, en Castilla y León han brotado en los últimos años iniciativas difíciles de creer hasta hace poco. En la localidad de Vadorros, en Burgos, opera desde hace 20 años la empresa Gambastar especialista en gambas y langostinos. Y en Medina del Campo (Valladolid) funciona desde 2015 la empresa Noray SeaFood, (antes Gamba Natural), que alcanza las 100 toneladas de producto, sobre todo langostino, gamba y camarón. Estar, pues, a 400 kilómetros de la costa, no es impedimento para que la producción de pescado o marisco pueda calificarse como producción de proximidad.