Agricultura trabaja en la búsqueda de soluciones a los problemas que plantean las aves en instalaciones acuícolas

Lunes, 16 Septiembre, 2013

La Consejería de Agricultura y Agua, a través del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), trabaja en la búsqueda de soluciones a los problemas que plantea la presencia de aves acuáticas, como los cormoranes, garcillas y garcetas, entre otras, en el entorno de las jaulas flotantes dedicadas a la producción de peces.

El director del IMIDA, Adrián Martínez, destacó que "Murcia es la primera Región española productora del Mediterráneo, con diez instalaciones para el cultivo de peces en mar abierto, que alcanzan el 21 por ciento de la producción nacional", según han informado fuentes del Gobierno regional en un comunicado.

Asimismo, apuntó que "los problemas generados por la presencia de aves los padecen, en mayor o menor medida, todas las instalaciones de cultivo de peces en cualquier parte del mundo, ya sean en estanques de tierra o en jaulas flotantes".

Estas instalaciones, añadió, "ejercen un efecto de atracción en las aves ligada a la disponibilidad de alimento y también al comportamiento de posada comunal de muchas de ellas, lo que hace que lleguen a producirse grandes aglomeraciones en determinados momentos".

Y es que, según Felipe Aguado, investigador del equipo de Acuicultura Marina del IMIDA, algunas de estas aves, especialmente el cormorán grande, el cormorán moñudo, la garcilla, la garceta y la garza real, capturan peces en el interior de las jaulas.

El hostigamiento al que los peces en cultivo se ven sometidos supone un considerable estrés que puede estar asociado con fenómenos puntuales de mortalidad.

Las citadas aves acceden a menudo a los peces en cultivo, a pesar del empleo de sistemas disuasorios, como las clásicas redes o los cañonazos espantapájaros, bien porque encuentran algún resquicio por el que introducirse en el interior de las jaulas o porque, al posarse en gran número sobre los cielos de redes antipájaros, las hunden hasta contactar con el agua. De este modo logran acceder a los peces a través de las mallas.

A las pérdidas ocasionadas, ya sea por captura o por mortalidad inducida por estrés, se añade el tiempo empleado por los operarios para minimizar estos efectos, así como las consecuencias sufridas por las propias aves que, en su afán por alimentarse, quedan enmalladas y mueren.

BÚSQUEDA DE SOLUCIONES

El equipo de Acuicultura Marina del IMIDA trabaja en la búsqueda de soluciones a los problemas de los acuicultores de la Región. Entre los objetivos planteados figura conocer la incidencia y problemática real asociada a las interacciones entre aves marinas y la dinámica de los cultivos de peces en el litoral, aspecto del que se dispone de poca información.

También se plantea valorar las variaciones temporales y espaciales en cuanto a la abundancia de aves marinas en el entorno de instalaciones de cultivos de peces y evaluar la utilización de los recursos tróficos derivados de dichas instalaciones por parte de estas aves, mediante ensayos controlados en corral y experiencias en el medio natural.

Asimismo, se plantea revisar los sistemas disuasorios empleados en la actualidad para evaluar su eficacia y diseñar nuevos sistemas que tengan en cuenta tanto el cultivo de peces como la conservación de las especies silvestres.

Los resultados preliminares de las observaciones realizadas por el equipo de Acuicultura sobre la presencia y abundancia de aves acuáticas en las granjas marinas de la Región serán presentados en el próximo Congreso Nacional de Acuicultura, que se celebrará en Gijón del 23 al 26 de septiembre.