Un clima de preocupación e incertidumbre reina en las cuatro empresas de almadrabas gaditanas -Tarifa, Conil, Barbate y Zahara-, en medio de los preparativos para la nueva campaña. Según informa el Diario de Cádiz, esta situación tiene que ver con el precio de compra de las cuotas de atún rojo a otras pesquerías, tanto españolas como de la Unión Europea.
Es que la decisión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) de no aumentar la cuota de atún para las empresas almadraberas las obligó a salir al mercado para hacerse con más cuota.
En su última reunión ordinaria, celebrada en noviembre pasado, la ICCAT rechazó aumentar el Total Admisible de Capturas (TAC) para las almadrabas gaditanas, estableciéndolo en 657 toneladas para las cuatro compañías que operan en el litoral de Cádiz.
El presidente de la Organización de Productores de Almadraba, Diego Crespo, confirmó a La Voz Digital que ya ha comenzado la contratación del personal fijo-discontinuo, y en breve se iniciará el calamento.
Más de 500 familias viven de este tipo de pesca, que inicia su primera 'levantá' entre finales de marzo y principios de abril y acaba a mediados de junio con la 'leva'.
En el marco de la operación de compra de cuotas, se han concretado varios acuerdos con atuneros de la zona de Almería y del Estrecho, y ahora comenzarán las tratativas con los patrones vascos y del Cantábrico, indicó Crespo.
Hay indicios de que la compra de cuota este año por los almadraberos gaditanos será superior a la de 2013.
Crespo sostiene que la cuota asignada por el organismo internacional resulta "insuficiente" para las almadrabas, y recordó a que la mitad de las capturas de atún rojo están colocadas de antemano en el mercado japonés.
El dirigente gaditano manifestó a La Voz Digital sus dudas de que el Gobierno asigne a las almadrabas las 93 toneladas de más del fondo de maniobra que se estableció el año pasado, y cree que es muy que se asignen a otras pesquerías del Mediterráneo y de Canarias.
Algunas de las capturas de las almadrabas se destinarán a los barcos asiáticos que ronquearán los atunes para congelarlos en sus cámaras frigoríficas. Otras capturas terminarán en el macrofrigorífico del puerto de Barbate, donde también serán congelados para abastecer durante el año a los restaurantes de todo el país.