Las cofradías de Moaña y Cangas recibieron ayer de la Consellería do Mar 550.000 unidades de almeja japónica y babosa para sembrarlas en varios puntos de la ría de Vigo tras un período de engorde de unos cuatro meses en las bateas que gestionan ambos pósitos.
Son almejas de unos tres milímetros que pesaron poco más de 50 kilos. El biólogo de la Xunta que controló el proceso, Edgar No Couto, estima que multiplicarán su peso por 100 en el supuesto más pesimista, que en los meses de engorde muera entre el 40 y el 50% de los bivalvos. Cuando alcancen el tamaño legal para ser recogidas, proporcionarán a los mariscadores unas cinco toneladas para la venta.
Manuel Francisco Pequeño, el marinero que se encarga de los trabajos de la batea de preengorde del pósito moañés, confía, sin embargo, en lograr un 100% de pervivencia. «Non sendo que entre a estrela de mar ou o caranguexo, que entran de larvas e crecen dentro, comendo as ameixas, podemos conseguir un cero de mortandade», dice. En ese caso, el rendimiento previsto podría duplicarse.
La almeja pequeña se coloca en lo que el biólogo de la Xunta llama linternas y los marineros, cestos. Son unos artefactos de ocho pisos. En cada uno se pone medio kilo de bivalvo y se cubre con una red. En cuatro meses pasan de tres a veinte milímetros. Están entonces listos para sembrarlos en el mar. También se podrían sembrar las pequeñas, pero asumiendo un alto porcentaje de mortandad.
Los de Moaña se echarán en el banco de O Cabalo, en Cobres, para el marisqueo a flote. Los centros de cría de almeja de la Xunta no producen la cantidad suficiente para atender la demanda de los mariscadores gallegos, que tienen que recurrir a criadores particulares de dentro y de fuera de la comunidad para surtirse.
En la ría de Vigo faenan en la temporada alta (de octubre a febrero) unos 600 barcos que llevan habitualmente dos personas. En las playas de Moaña, Arcade, Redondela, Vilaboa, Baiona y Vigo trabajan todo el año varios cientos de mariscadoras a pie. La Xunta entiende que el marisqueo es un nicho de empleo y una forma de acuicultura «sostible». Desde el 2009, entregó a los distintos pósitos gallegos ocho millones de almejas.