El trabajo muestra la reacción de estas ostras invasoras asentadas en toda la costa vasca. La contaminación marina, especialmente la ocasionada por el tributilestaño empleado en la pintura de las embarcaciones, ha provocado como respuesta que la ostra engrose considerablemente una de sus valvas como respuesta al estrés por la contaminación.
El trabajo del profesor Elorza muestra como las ostras hablan sobre la Ría de Bilbao. Por su condición de filtradoras, las ostras incorporan elementos como metales pesados y compuestos orgánicos, tanto en sus partes blandas como en sus valvas carbonatadas.
Mediante los estudios morfológicos, microestructurales y químicos de las valvas se obtiene, de forma continuada, la relación con el medio y los posibles eventos estresantes sufridos a lo largo de su periodo vital. El estudio del profesor Elorza se centra en la parte oeste de las costa de Bizkaia, con características fluviales específicas y sometidas a una fuerte presión antrópica (núcleos urbanos, industriales y portuarios).
La ostra Crassostrea gigas (ostra japonesa) especie invasora, lleva años perfectamente adaptada a estas condiciones y se reproduce con facilidad, siendo muy abundante. En los puertos deportivos (Zierbena, Getxo, Plentzia) resulta evidente la contaminación sufrida, tanto ocasional como crónica. Como referente no contaminado el trabajo de investigación ha utilizado las ostras procedentes del parque de cultivo “Ostranor”, situado en San Vicente de la Barquera (Cantabria)
El objetivo ha consistido en caracterizar morfológica y microestructuralmente las ostras contaminadas y las no contaminadas, intentando detectar evidencias de algún agente tóxico.
“Basados en la similitud morfológica y microestructural con las ostras de Cantabria, entendemos que la presencia del elemento tóxico Tributilestaño (TBT) es el causante de las malformaciones en las ostras de la costa oeste vizcaína”. Este biocida, prohibido por la Unión Europea, genera importantes malformaciones en ostras y otros organismos, incluso en muy bajas concentraciones, por lo que estaríamos frente a un bioindicador de bajo coste de la contaminación, que podría considerarse adecuado para futuras campañas ambientales.