El cultivo de microalgas en ambientes enriquecidos con CO2 para la generación de biocombustibles y otros productos de interés industrial como pigmentos o nutrientes para animales, es el objetivo de uno de los proyectos en los que trabaja actualmente el Banco Español de Algas (BEA), financiado con fondos europeos. Este reto, además de impulsar la creación de biorefinerías y generar nuevos procesos industriales, contribuirá a la reducción de los gases de efecto invernadero en la atmósfera.
Así lo afirmó Juan Luis Gómez Pinchetti, director científico de la Unidad de Biotecnología y Cultivo del BEA, que impartió ayer en la facultad de Ciencias del Mar, dentro del ciclo de Ciencia Compartida, la conferencia El Banco Español de Algas y el potencial biotecnológico de su colección.
"Como centro de trabajo y de investigación, en los últimos meses hemos entrado en un proyecto europeo denominado Miracles, con una veintena de socios europeos (Holanda, Inglaterra, Francia, Alemania€), financiado por el Séptimo Programa Marco, y el BEA se integra dentro del programa sobre CO2 y biorefinerías a través de microalgas", informó el científico.
La misión del BEA es trabajar en el cultivo de microalgas en ambientes enriquecidos con CO2, "un componente importante de los gases del efecto invernadero, y con estos sistemas de cultivo podremos biofiltrar CO2, y a partir de la biomasa obtenida aplicar el concepto de biorefinería".
Extracción
Según explicó Gómez Pinchetti, la biomasa de microalgas que se cultive en estos ambientes ricos en CO2 , será aprovechada para la obtención de biocombustibles. "Además, en el proceso de extracción de ese biocombustibles se generan otros metabolitos que se podrían llamar de desechos pero que no lo son, y que pueden ser aprovechados por la industria como los pigmentos, proteínas para el sector de la acuicultura, alimentación animal€ De tal forma, que en el procedimiento de la biorefinería el aprovechamiento será el máximo posible", apuntó sobre el citado proyecto en el que no sólo trabajan centros de I+D+i europeos, sino entidades empresariales de Noruega u Holanda, entre otros países. Dicho proyecto tiene un plazo de ejecución de cuatro años.
"En el desarrollo de cultivos de microalgas, una de las cuestiones que hay que mejorar es el rendimiento económico, porque son procesos costosos. Uno de los objetivos de este proyecto es buscar que la biomasa que producimos sea barata en términos económicos, y una forma es trabajando con aguas residuales, que puedan ser susceptibles de que vengan cargadas de nutrientes y puedan servir como medio de cultivo para microalgas; o que el CO2 de los gases de combustión de motores, o centrales eléctricas sean dirigidos a través de sistemas de cultivos de algas", dijo.
El científico explicó que el cometido de las algas será el de biofiltración del CO2, asimilarlo en el proceso biosintético, de forma que reducen la cantidad de dióxido de carbono que pueda pasar a la atmósfera. "Hablamos de cultivos ecológicos de microalgas y cianobacterias que, por un lado eliminan residuos que otros procesos industriales están generando, y producen biomasa de interés económico", subrayó.
El Banco Español de Algas (BEA) es un servicio nacional de I+D+i adscrito a la Fundación Canaria Parque Científico Tecnológico, que tiene como objetivos básicos el aislamiento, la identificación, la caracterización, la conservación y el suministro de microalgas y cianobacterias.
"En estos últimos años hemos estado muy centrados en establecer lo que era la colección y ahora estamos en la fase de sacarle partido, que la sociedad vea que no es sólo una colección sino que se pueden hacer otras cosas. Llevamos trabajando con algunas empresas españolas a través de convenios que están interesados en valorar para cierto tipo de metabolitos, algunas de las cepas que tenemos en la colección. En resumen las aplicaciones de las cepas que tenemos en la colección se va abriendo".
En estos momentos el BEA dispone de una colección superior a las 1.200 cepas de microalgas de regiones tropicales y subtropicales, en particular de la región macaronésica. Es una de las seis únicas colecciones reconocidas en el mundo, y tiene un interés especial por su originalidad. "No compramos cepas, ni incluimos las de otras colecciones. Todas las obtenemos nosotros en nuestro entorno, y nos centramos en especies capaces de crecer en ambientes especiales".
El potencial de esta colección es inmenso teniendo en cuenta que, de las 1.200 cepas, de momento sólo un 10% han sido tanteadas con fines biotecnológicos (fármacos, cosmética, combustible...), el resto está por descubrir y por estudiar.
Colección de Cabo Verde
La colección de microalgas y cianobacterias del Banco Español de Algas, única en el mundo y centrada en la región macaronésica, experimentará en los próximos años un crecimiento importante según afirmó ayer Gómez Pinchetti. En base a este objetivo, el rector de la Universidad de Las Palmas, José Regidor viajó ayer a Cabo Verde acompañado por el director-gerente del BEA Bruno Berheide para, entre otras acciones, firmar un convenio de colaboración entre la ULPGC y el Ministerio de Enseñanza Superior, Ciencia e Innovación de Cabo Verde para desarrollar durante cuatro años un proyecto de investigación sobre biodiversidad y biotecnología de microalgas. Con este acuerdo se pretende acceder a los recursos genéticos caboverdianos para crear y custodiar una colección específica e inédita en el BEA de microalgas y cianobacterias de Cabo Verde; e integrar esas cepas en el catálogo público del BEA para el acceso de instituciones científicas y de la industria bajo acuerdos específicos de transferencia de material. El BEA también formará a técnicos caboverdianos en este ámbito.