El Imida desarrolla un pienso balanceado para engordar el pulpo

Lunes, 25 Junio, 2012

El Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida), dependiente de la consejería de Agricultura y Agua, ha conseguido "grandes avances" en la obtención de un pienso balanceado para el engorde de pulpo (Octopus vulgaris), con buenos rendimientos biológicos y económicos, informa el Gobierno regional.

El director del Imida, Adrián Martínez, destacó que la Región de Murcia "participa desde hace diez años en un plan de ámbito nacional para el desarrollo industrial del pulpo", financiado por la Junta Nacional Asesora de Cultivos Marinos (Jacumar).

El equipo de Acuicultura del Imida constató, en ensayos realizados en jaulas ubicadas en mar abierto, que la alimentación natural a base de crustáceos y peces conseguía un crecimiento espectacular de los pulpos, del orden de un kilo al mes. Sin embargo, ocasionaba problemas como la presencia de patógenos, el encarecimiento de los costes de producción y el exceso de residuos, por lo que resulta inadecuada desde el punto de vista ambiental en una instalación acuícola.

En este sentido, Adrián Martínez señaló que los piensos "presentan numerosas ventajas tales como la regularidad en el suministro y composición, fácil almacenamiento y distribución, manipulación mínima en la instalación, reducción del riesgo de transmisión de enfermedades, mejor consistencia, propiedades organolépticas, digestibilidad y conservación".

El reto de conseguir un pienso apropiado no es fácil. Según Benjamín García García, coordinador del citado equipo de Acuicultura, los peces comen cualquier alimento, pero no ocurre así con los pulpos. Sus ventosas tienen potentes quimiorreceptores que hacen que sean muy selectivos a la hora de aceptar los alimentos. Si algo no les gusta, lo rechazan. Se ha comprobado que pueden pasar más de 40 días sin comer una dieta con características nutricionales excelentes pero que contenía algún elemento minoritario que les desagrada. El problema es que cuando no están bien alimentados y nutridos se comen los unos a los otros.

A lo largo de estos años el equipo del Imida realizó, en la Estación de Acuicultura de San Pedro Pinatar, numerosos ensayos para comprobar las materias primas preferidas por el pulpo. Descubrieron, por ejemplo, que le encanta la yema de huevo, aunque no la clara; y así combinaron una dieta simple con huevina, alacha, gelatina, pota liofilizada y harina de guisantes, entre otros componentes.

Posteriormente realizaron otras combinaciones, sustituyendo la pota por almidón para disminuir los costes, y obtuvieron un crecimiento de 10-15 gramos al día, con un índice de transformación del 95 por ciento. Estos resultados se consideran muy alentadores, ya que son los mejores que se han conseguido a escala mundial. No obstante, la investigación seguirá su curso hasta lograr un mayor crecimiento de los pulpos. Partiendo de animales de uno 700 gramos de peso, se pretende llegar, en un período de tres o cuatro meses, a pulpos de un tamaño comercial estándar de entre tres y 3,5 kilos.

Los investigadores también han desarrollado diferentes texturas gomosas hasta lograr una similar a las ‘gominolas', con la combinación de una gelatina específica y agua, que es muy resistente y puede estar de 24 a 48 horas bajo el agua sin disgregarse. Esto facilita la elaboración de un pienso industrial balanceado que ofrezca buenos rendimientos biológicos y económicos.

Además, el Imida cuenta con la colaboración de una empresa de Galicia dedicada al diseño de jaulas, para desarrollar prototipos adecuados para su instalación en mar abierto. El siguiente paso será probar este pienso en el medio marino, en las instalaciones de una empresa murciana, para comprobar sus rendimientos.

Benjamín García señaló que el pulpo es un producto de temporada. Su crecimiento es rápido y se ve condicionado por la temperatura del agua. Funciona bien entre los 14 y los 22 grados, que es la temperatura de las aguas litorales de la Región entre los meses de octubre y junio. Esto significa que en granjas marinas puede ser un cultivo complementario de otras especies como dorada, lubina y corvina, cuyas necesidades de alimentación disminuyen en ese período. Así, con la combinación de peces y pulpo se optimizarían los costes de producción.