El lenguado: estudios para el control de la reproducción y prevención de patologías

Lunes, 25 Junio, 2007

Pregunta.- Como coordinador del segundo Plan Nacional de Cultivo de Lenguado, ¿podría hacer una descripción de los objetivos y de los avances conseguidos hasta el momento?

Respuesta.- Este plan es el segundo que se hace. Lo que persigue es definir aspectos concretos que en el primero no se abordaron porque éste era de carácter más general. En este segundo plan estamos trabajando fundamentalmente en aspectos muy concretos sobre la reproducción. Ya no es la perspectiva con la que trabajábamos en el primer momento, ahora ya estamos abordando la cuestión de la inducción hormonal y la calidad de gametos. En particular estamos trabajando ya en poblaciones criadas en cautividad, que son las que presentan mayor reticencia a reproducirse. Ahora mismo ya sabemos por otras instituciones y empresas que los reproductores de origen salvaje están reproduciéndose bien, cosa que hasta hace poco no se producía. Ya hay casi diez puntos, entre empresas y centros de investigación de España y Portugal, en los que se está reproduciendo el lenguado de forma natural. Pero siempre se depende de la captura de reproductores salvajes que vienen condicionados del medio, o bien son sometidos a condicionamiento térmico en cautividad.

P.- Y ahora trabajan en la inducción de la puesta?

R.- Sí, ahora mismo, para lo que se está trabajando dentro de este Plan Nacional, y en otros proyectos de ámbito nacional, es para conocer las bases fisiológicas de la reproducción en el lenguado, sobre todo a nivel de maduración gonadal en machos y hembras, y sobre los fenómenos de cortejo y comportamiento en los tanques de reproducción. En estos momentos esto es la piedra de toque más importante en lo que se refiere a la reproducción en el lenguado.

P.- En el Plan también se trabaja sobre patologías...

R.- Más que en el estudio específico de patologías lo que se trabaja es sobre su prevención y encontrar mecanismos para estimular el sistema de defensa del lenguado, de manera que reduzcamos las posibilidades de desarrollo de infecciones. Porque las patologías que limitan ahora la producción del lenguado son de tipo oportunistas y obedecen, sobre todo, a un estado de debilitamiento, inducido o favorecido, de alguna manera por factores de cultivo en el engorde que, sin ser limitantes, todavía no han sido resueltos convenientemente.

P.- La idea sería entonces evitar llegar a ese estado?

R.- Sí, estamos trabajando en prevención, sobre todo en temas de probióticos, y también en el desarrollo de vacunas frente a los principales patógenos oportunistas. Y una línea en la que no se ha avanzado mucho todavía, pero que seguramente se abordará de aquí a poco, es la inmunoestimulación con compuestos que se administrarían a través del alimento. Y se debe profundizar aún más en la realización de estudios de alimentación y nutrición: sobre todo requerimientos nutritivos y de calidad del alimento. Porque el lenguado sabemos lo que come en la naturaleza, pero cómo trasladar eso a una dieta formulada para el engorde no es fácil. Y sospechamos que la realización de algunos cambios cualitativos en la composición de las dietas actuales podrían contribuir a un mejor estado fisiológico del lenguado. En este sentido, estamos trabajando con detalle en la determinación de parámetros bioquímicos que sirvan como indicadores de bienestar fisiológico en el lenguado.

P.- ¿Y el estudio de la alimentación se debería centrar en todas las fases o en alguna en particular? Porque en el caso del destete ya se han realizado algunos trabajos...

R.- Sí, sobre el destete ya se hicieron bastantes trabajos en el plan anterior y en otros proyectos; ahora mismo es un tema relativamente bien controlado, aunque siempre sujeto a mejora. Ahora producir alevines de lenguado de uno o dos gramos no es complicado, y existe un protocolo que se puede replicar entre instalaciones. La fase larvaria, aunque hay que mejorar ciertos aspectos como la pigmentación o de malformaciones anatómicas, es un proceso relativamente cómodo y eficaz, en el que se puede obtener hasta un 100% de supervivencia en muchos casos. Hay empresas y centros de investigación que lo han hecho, por eso ahora no es una prioridad tan grande como prevenir patologías, que posiblemente es la prioridad absoluta en este momento en el cultivo del lenguado.

P.- Teniendo en cuenta el problema de las patologías del lenguado, ¿en la crianza en esteros no serían más vulnerables al tener más dificultades para controlar el ambiente?

R.- Tenemos que aprender a olvidarnos de ciertos hábitos derivados del cultivo de la dorada en esteros cuando queremos engordar lenguados. Son dos mundos totalmente diferentes, y en los fracasos registrados hasta ahora ha tenido mucha culpa el utilizar pautas y estructuras de cultivo de dorada para el lenguado. Sembrar lenguados sin más en grandes estanques de tierra sin haberlos adecuado previamente para ello no tiene sentido alguno en estos momentos. Hay tecnología que se desarrolló hace ya tiempo en Andalucía para el cultivo de langostino cuya aplicación podría ser muy útil para el engorde del lenguado en estanques de tierra. De hecho estamos trabajando en esta línea en uno de los proyectos europeos que tenemos sobre acuicultura y entorno. Está claro que sabemos que en sistemas intensivos el lenguado crece bien, siempre con la espada de Damocles de las patologías, que pueden afectar en cualquier momento, y de hecho sabemos que afectan en cuanto se superan unas cargas. Pero esa es otra historia, que habrá que controlar con vacunas, con producción de alevines más fuertes... Esto último, es un proceso que arranca desde el criadero, es una cuestión que se tiene olvidada: la influencia que puede tener el trato que le damos durante la fase de criadero en el engorde. Es algo que, en general, no se tiene mucho en cuenta pero que cada vez hay que considerarlo más, sobre todo si los criaderos quieren ser competitivos en el producto que venden, que tiene que ser más fuerte en el engorde. Hay cosas que ya se saben, pero queda mucho por investigar sobre lo que hacemos bien o mal durante la etapa larvaria o en el criadero y su efecto en el engorde. No hay que olvidarlo, porque ahí podemos tener una clave para conseguir peces más fuertes.

P.- En el caso del lenguado se lleva tiempo investigando y no hay una fase crítica que no se haya podido completar, pero aun así su producción industrial no avanza?

R.- Es verdad, el lenguado no tiene una fase crítica como en el caso del pulpo o el atún rojo, especies que tienen un problema muy claro que está bloqueando el proceso. El lenguado necesita un mayor desarrollo de investigación en el que se descubra, por ejemplo, una vacuna o se encuentre una dieta que refuerce el sistema inmune o encontrar diseños hidrodinámicos más adecuados para los tanques de cultivo. Son cosas menores en comparación con problemas como los que se encuentran para el pulpo, por ejemplo. Bajo mi punto de vista se requiere más atención y esfuerzo. Quizá el problema es que no se ha realizado tanto esfuerzo como se debería. Ahí están los noruegos o los canadienses con el halibut, llevan 20 años trabajando y han producido una cantidad de ciencia tremenda. Con el lenguado todavía estamos muy por detrás, pero es cuestión de dedicarse a ello. Cuando retomamos el cultivo del lenguado en los 90 en Cádiz estuvimos solos hasta el año 2002. A partir del 2002, cuando surgió el primer Plan Nacional, fue cuando el lenguado "atravesó la frontera andaluza" y a partir de entonces se ha generado mucha información. Ahora el destete ya no es un problema como era entonces, la reproducción natural se ha generalizado -de hecho ahora mismo hay una amplia oferta de larvas en España, a pesar de que la investigación en reproducción todavía ha de progresar bastante-? Son cuestiones que van surgiendo según se va desarrollando la investigación, pero el desarrollo es lento porque el esfuerzo que se hace aún no es lo suficientemente amplio. Todavía no hay información básica que avale una producción industrial.

P.- A la hora de trabajar ¿existe una cierta dispersión de la investigación? ¿Se echa de menos la existencia de un centro de referencia que aborde estos estudios o el sistema actual también tiene ventajas?

R.- Nosotros estamos aprendiendo mucho de la cooperación. Lo importante es crear un grupo y que cada uno tenga un papel bien diferenciado. Evidentemente, si hay gente que está haciendo lo mismo es una pérdida de rendimiento para el sistema en general; pero, a veces, también es una garantía de que las cosas se hacen no por duplicado, pero sí contrastadas. En el plan anterior, por ejemplo, cada uno tenía una faceta bien definida y no había una duplicidad en el trabajo. Cada uno tenía un papel, colaboraba, había un intercambio. En este nuevo plan sucede igual; hay una especialización, cada uno aporta sus conocimientos al resto del grupo. De hecho se han realizado varias estancias conjuntas, una en Cádiz y otra hace poco en Santander.

P.- Las investigaciones sobre el lenguado no están en una fase incipiente, ya han avanzado y hay empresas que trabajan con esta especie. ¿Cómo es la colaboración con el sector productivo?

R.- La verdad es que, de momento, no es una colaboración muy rigurosa. Normalmente, tanto las empresas como los investigadores priorizan su tiempo hacia otras cuestiones más propias de la empresa y la investigación, respectivamente. Las pocas colaboraciones que se hacen creo que son poco rigurosas: no se aborda un diseño en condiciones de los experimentos, sobre todo, por una falta de tiempo y de dedicación a esa faceta específica que sería la colaboración. Además, hay que ser realistas, la concepción de la investigación en las empresas y los criterios por los que se rigen los investigadores de este país tienen muy pocos puntos en común. Mientras no articulen medios para que se produzca una aproximación entre estos dos mundos, poco podremos hablar de eficacia en este tipo de cooperación.

P.- Y ¿cree que habría alguna forma de solucionar esto?

R.- Es complicado solucionarlo. Una opción podría ser una mayor disponibilidad de recursos humanos que se dedicasen, concretamente, a este papel específico. Uno de los problemas actuales es que la gente hace un poco de todo, y cada vez desgraciadamente más "papeleo", tanto en los centros de investigación como en las empresas. Así es difícil centrarse en hacer las cosas con más rigor.

P.- En el centro de El Toruño se trabaja con lenguado desde hace tiempo. ¿Qué líneas de investigación o trabajos estáis desarrollando en relación con esta especie en estos momentos?

R.- Sí, empezamos a trabajar con el lenguado en el año 91 ó 92. Y ahora, aparte de la coordinación del Plan Nacional, participamos en un proyecto de genómica, que financia Genoma España, en el que estamos trabajando con otros centros andaluces y de Cataluña, y con centros canadienses que trabajan con halibut. Se trata de un proyecto de genómica aplicada, enfocado a conocer los procesos básicos de la biología del lenguado desde la perspectiva de la reproducción y el desarrollo larvario. Y en El Toruño también estamos trabajando en un proyecto INTEREG del espacio atlántico europeo, en el que se están investigando nuevas formas de cultivo del lenguado en marismas al objeto de conocer las posibilidades que tendría esta nueva técnica como herramienta para la regeneración de antiguos humedales de la zona.