El Plan de Repoblación de Especies Marinas en el Litoral de Galicia, ideado por el anterior gobierno de la Xunta y puesto en marcha en el año 2005, está paralizado. En el último lustro se liberaron 42.000 alevines de rodaballo y 20.000 de bogavante, las dos especies que por su alto valor comercial fueron elegidas para desarrollar este proyecto, mediante el que se pretendía favorecer la recuperación de las pesquerías.
El objetivo no era otro que soltar rodaballos -la mayoría en el entorno de O Grove- y bogavante -en la zona de Lira y Os Miñarzos- que eran previamente marcados para después facilitar su localización.
Si los pescadores capturaban un ejemplar marcado lo comunicaban a los investigadores y esto les permitía hacer un detallado análisis y un estrecho seguimiento de los comportamientos, movimientos y adaptación al hábitat natural de cada rodaballo o bogavante recuperado. Con esos datos en la mano sería posible afrontar posteriores repoblaciones, a mayor escala y con mayores posibilidades de éxito, para garantizar la sostenibilidad de los recursos y, en concreto, favorecer el desarrollo de los rodaballos y bogavantes gallegos garantizando la actividad y rentabilidad de la flota.
Pero todo eso es la teoría, pues la práctica dice que el plan de repoblación quedó en suspenso después de que el 31 de diciembre finalizaran los contratos de las cuatro personas que formaban el equipo de trabajo externo encargado del plan.
La Consellería do Mar rechazó la renovación de ese personal externo, y esto significa que ya no hay nadie que se ocupe del seguimiento de los ejemplares liberados ni de dar continuidad al plan de repoblación que inauguró la ex conselleira Carmen Gallego.
Quizás por ello la Administración autonómica no informó de que el pasado 16 de diciembre se realizó la liberación de los últimos 2.000 ejemplares de bogavante, una acción que se llevó a cabo en la reserva marina de "Os Miñarzos" (Lira).
Esa fue la última suelta en la que participó el equipo encargado del plan, que tenía su centro de operaciones en el Instituto Galego de Formación en Acuicultura (Igafa) de A Illa de Arousa. Es esas instalaciones se criaban los rodaballos y bogavantes hasta que alcanzaban el tamaño idóneo para su suelta.
Hay un dato significativo, y es que en el propio Igafa, dependiente de la Consellería do Mar, anunciaron el mes pasado que los alumnos de este centro que cursan el ciclo formativo de producción acuícola, y que colaboraron con el equipo encargado del plan, iban a participar en la liberación de los 2.000 bogavantes de Lira, a lo que se añadía que "posiblemente sea la última suelta en la que pueden colaborar".
En el Igafa -hay que insistir en que pertenece a la Consellería do Mar- apuntaban también que el trabajo de repoblación "es muy interesante, porque ha permitido desarrollar la tecnología y las técnicas de cultivo de esta especie -se referían al bogavante-, quedando por confirmar el grado de supervivencia de los ejemplares reubicados en el medio natural, labor en la que la colaboración estrecha de los pescadores de bajura es imprescindible".
Como queda dicho, la Xunta no se hizo eco de esa última suelta de bogavantes, que habían nacido en los laboratorios del Igafa en primavera de 2010 y tenían una talla media de cinco centímetros en el momento de la liberación.
La Consellería do Mar tampoco dio cuenta de la situación en la que queda ahora el Plan de Repoblación que coordinaba el biólogo Carlos Marino, uno de los cuatro trabajadores externos que se quedaron en la calle el día 31. Aunque él no quiere pronunciarse, miembros del gabinete de la conselleira Rosa Quintana explicaban ayer que lo que finalizó fue la "fase experimental del proyecto", pero por el momento no se sabe absolutamente nada de su continuidad.
Otras fuentes esgrimen que "el plan expiró, de manera definitiva, y ya no hay personal que se ocupe de él, salvo que la Consellería do Mar se lo encargue ahora a algunos de los investigadores que tiene en plantilla".
No obstante, también en este supuesto podría haber problemas técnicos, ya que no serían los mismos investigadores que se ocuparon del trabajo y que tienen los datos de los últimos cinco años, cuando se lograron unos índices de recuperación del 27% entre los bogavantes liberados en Lira y de alrededor del 2,5% en el caso de los rodaballos soltados en O Grove.
A falta de más explicaciones, hay quien teme que se pierda todo el trabajo realizado hasta ahora en caso de que se paralice definitivamente este Plan de Repoblación del Litoral.
Después de que se rescindiera el contrato al personal externo que se ocupaba del plan en el Igafa, algunas fuentes apuntan que la Consellería do Mar pudo haber tomado la decisión política de destinar a otros fines el dinero de este proyecto, que podría costar alrededor de 150.000 euros anuales, incluyéndose ahí el pago de los cuatro trabajadores que acabaron contrato hace diez días.
Tanto si la suspensión de esta repoblación se hace a causa de la crisis, debido a recortes presupuestarios o porque se cree poco rentable, lo cierto es que oficialmente no hay explicaciones, y desde luego no se sabe si hay posibilidades de ampliar el estudio o de seguir la pista a los ejemplares soltados.