Además de la mayor variedad de categorías de especies marinas que han sido y pueden ser domesticadas, el conocimiento científico y la tecnología acumulados durante el siglo XX y la menor virulencia de los patógenos marinos para las personas serían las otras dos claves del éxito del proceso de domesticación en el mar.
En regiones como la Comunidad Valenciana, no obstante, las posibilidades de la acuicultura como fuente principal -y sostenible- de alimentos se podrán ver en el futuro, porque, por el momento, sus objetivos aquí son otros. «En zonas como es sudeste asiático la acuicultura es la fuente básica de proteínas, pero en el mundo desarrollado se lleva a cabo pensando más en productos de alto valor añadido como la dorada, la lubina, el lenguado o el rodaballo», afirma Jaume Pérez-Sánchez, director del Instituto de Acuicultura de Torre de la Sal (IATS), un centro de investigación dependiente del CSIC situado en la provincia de Castellón. Además, en opinión de Pérez-Sánchez, el objetivo de la acuicultura en los próximos cinco o seis años no será buscar nuevas especies para su domesticación, sino «descartar algunas que ya se tenían sobre la mesa para quedarse con las que ofrezcan un rendimiento mayor».
En la actualidad, los investigadores del IATS trabajan con un sistema multidisciplinar e integrado para mejorar la reproducción, el crecimiento y la resistencia a las patologías. «Trabajamos teniendo en cuenta el axioma de que el animal que mejor crece es aquel que mejor responde a un proceso infeccioso y menor estrés tiene», explica el director del IATS.
Ahora, el IATS trabaja en un proyecto europeo llamado Aquamax que busca obtener piensos para cultivos acuáticos basados en proteínas y aceites vegetales para sustituir los piensos a base de pescado que se emplean actualmente. Esto permitirá mantener el crecimiento de la acuicultura al dejar de depender de una producción de pienso estancada ya en los 90 y lograr un alimento que contiene menos biocontaminantes. Pérez-Sánchez explica que «menos de un kilo de este alimento del futuro servirá para obtener un kilo de pescado, mientras que con los que se utilizan ahora hacen falta más de diez kilos para obtener el mismo resultado, con el añadido de que también se logrará un pescado de mayor calidad».