La producción acuícola de Canarias subió alrededor de un 10% en 2009. Se situó, según los datos facilitados por el viceconsejero autonómico de Pesca, Francisco López, en unas 7.000 toneladas, lo que reportó un negocio de 60 millones de euros. Esta producción, es, en cualquier caso, la mitad de la autorizada en las Islas, ya que se está viendo penalizada por la actual crisis económica.
"Hemos pasado de 1.100 toneladas en 2000 a una producción autorizada de 14.000, que ha sido en realidad de 11.000 en los momentos álgidos", señaló, en declaraciones a este periódico, López. Las cifras que alcanza la acuicultura rebasan ampliamente las de la pesca tradicional. En 2009 pasaron por los puntos de primera venta del Archipiélago 9.000 toneladas de pescado, el equivalente a "sólo" entre nueve y diez millones de euros, detalló el viceconsejero.
El desarrollo de esta actividad, además, puede ser exponencial en los próximos años, una vez aprobado el Plan Regional de Ordenación de la Acuicultura en Canarias (Proac). La Viceconsejería confía en que salga adelante antes de que acabe 2010, apuntó López. El objetivo es elevar la capacidad productiva a más de 50.000 toneladas.
La Confederación Provincial de Empresarios tinerfeña (CEOE-Tenerife) ha señalado recientemente que la acuicultura es un subsector "de gran proyección futura y, por tanto, estratégica". En la misma línea, el responsable de Pesca de la Consejería que dirige Pilar Merino señala que "podría ser una actividad económica de importancia en el Archipiélago".
La intención es que el Proac facilite también la diversificación de la producción, centrada hoy en doradas y lubinas, que tienen una gran competencia desde Grecia. "El Gobierno -explicó López- autorizará nuevas especies, como el bocinegro, el jurel y el medregal. A la dos últimas se les puede dar valor añadido, puesto que se pueden filetear y procesar. Ello generará más puestos de trabajo y riqueza para el Archipiélago".
De momento, Canarias cuenta con 38 explotaciones acuícolas, 23 de ellas en Tenerife, en los municipios de Adeje, Arona, Candelaria, Santa Cruz y Santiago del Teide. La mayoría tienen una vinculación clara con el turismo, lo que genera críticas de los empresarios del sector, que denuncian el impacto visual de las granjas.
"Planteamos -indicó el viceconsejero- desde el primer momento que la acuicultura y el turismo son actividades económicas que pueden ir de la mano. No gozamos de una plataforma marina como la mediterránea, en la que se pueden poner las instalaciones acuícolas a varios kilómetros de la costa. La realidad es la que es y hay que casar los dos sectores".
López reconoce que han sido los empresarios turísticos de Tenerife "los más beligerantes" contra la instalación de polígonos acuícolas, pero recalca que, en las negociaciones para consensuar el Proac, la Viceconsejería ha "asumido" las zonas aptas para la acuicultura que el Cabildo ha propuesto, a excepción del Norte de la Isla, "inviable debido al azote del mar".
"Entiendo -dijo- que la declaración de las cinco zonas de Tenerife -alguna a punto ya de colmatarse- cuentan con el respaldo mayoritario de la sociedad y los agentes económicos tinerfeños, incluida la pesca extractiva".