El auge de las exportaciones de la industria conservera chilena afecta desde 2010 a las ventas de mejillón gallego tanto dentro como fuera de España, según un informe publicado por Globefish, la entidad adscrita a la FAO que analiza el comercio pesquero. El documento indica que, durante 2010, el sector mejillonero gallego "ingresó alrededor de 400 millones de euros, pero sufrió por las importaciones de este molusco, en especial de Chile".
El molusco procedente de la industria chilena es el principal competidor para los bateeiros gallegos, que incluso han denunciado en varias ocasiones que algunas conserveras usan producto foráneo y lo comercializan como gallego. De hecho, el Consello Regulador do Mexillón de Galicia mantiene una querella contra una empresa transformadora por supuestas prácticas irregulares.
España, según el informe de Globefish, exporta principalmente a Francia e Italia. En este último país, las remesas españolas constituyeron durante el primer trimestre de 2011 un 60 % del total de las importaciones, pero el volumen de molusco enviado desde España se situó en 6.400 toneladas, mientras que en el mismo periodo del año anterior alcanzó las 7.900 toneladas, lo que equivale a una caída del 19%.
En el caso de Francia, España comparte mercado con Chile y Holanda y cuenta con una cuota de mercado del 33 %.
Mientras, según las estadísticas de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar, recogidas por Globefish, el 96,8 % de la producción acuícola gallega pertenece a moluscos bivalvos, con un total de 215.681 toneladas en 2010 y un valor en primera venta de 106,6 millones. El estudio aclara que este importe representa el 63,7% de la acuicultura, "por del bajo precio que los moluscos registraron en 2010, cuando el importe medio del kilo de mejillón fue de 0,41 euros".
La promoción de la Denominación de Origen Protegida del mejillón gallego, según la entidad adscrita a la FAO, "aún no ha ejercido un efecto positivo en los precios del molusco".
El informe añade que los productores chilenos iniciaron una campaña para destacar las ventajas competitivas de su producto, que pretende centrarse en Rusia, donde crece el consumo de marisco.