La próxima frontera en la investigación genética: bajo el agua

Martes, 12 Junio, 2007

La falta de una gestión coherente de los recursos genéticos de la pesca se está convirtiendo en un serio problema, alertó el organismo de la ONU.

?El rápido crecimiento de la acuicultura y la sobreexplotación de las pesquerías han creado una situación en la que el uso irresponsable de los recursos naturales puede tener un impacto negativo a nivel medioambiental y social, crear conflictos intersectoriales y falta de sostenibilidad?, según un documento preparado para la reunión por el Departamento de Pesca y Acuicultura de la FAO.

El informe subraya que el éxito de una transición hacia una pesca y acuicultura más responsables, sostenibles y productivas dependerá en gran medida de una gestión eficaz de los recursos genéticos.

En la acuicultura, los recursos genéticos afectan al rendimiento de los peces de cría, ayudan a los piscicultores a cubrir la demanda de los consumidores, e incluso influyen en la forma en que los peces de cría y sus parientes en libertad interaccionan en la naturaleza.

Pero la información sobre los recursos genéticos acuáticos es irregular, la aplicación de la genética en la pesca de captura y la acuicultura ha sido hasta ahora limitada, y no se han desarrollado lo suficiente los mecanismos adecuados para conservar la diversidad genética de los peces de cría y de los que se encuentran en estado natural, recuerda la FAO.

La FAO ha estado informando durante décadas sobre el estado en conjunto de las poblaciones de peces a través de sus publicaciones Estado de los recursos pesqueros marinos a nivel mundial, Examen del estado de los recursos pesqueros mundiales: la pesca continental y El estado mundial de la pesca y la acuicultura.

En ellas se explica que cerca de 1 000 especies marinas y de agua dulce se capturan cada año, mientras que 236 especies de peces, invertebrados y plantas se crían en piscifactorías.

Contar con información más detallada sobre los recursos genéticos marinos permitirá a los responsables de gestión de la pesca tener una visión mucho más precisa del estado de las poblaciones de peces y poder ajustar medidas como el cierre estacional de los caladeros o el establecimiento de las cuotas de capturas.

También servirá para arrojar luz sobre la interacción entre los peces en libertad y los de cría, una cuestión que causa cada vez mayor preocupación. En muchos casos, el impacto en la diversidad acuática local de los peces escapados de las piscifactorías ?o de peces que son liberados intencionadamente-, no puede ser determinado debido simplemente a que no hay información sobre los recursos genéticos de los diversos tipos de peces.

La genética tiene también un papel clave a la hora de ayudar a la acuicultura a satisfacer la creciente demanda mundial de pescado.

La mayor parte de las pesquerías marinas se encuentran ya explotadas al máximo o en declive, y sus niveles de producción han alcanzado su techo.

Para el año 2030 se necesitarán 40 millones de toneladas de pescado adicionales cada año para cubrir la demanda mundial. La acuicultura, que ya proporciona el 44 por ciento de todo el pescado que se consume, es la vía indicada para alcanzar esta meta.

La reunion de este año supone la primera vez que la CRGAA, compuesta por 167 miembros más la Unión Europea, afronta la cuestión de cómo gestionar mejor la diversidad genética de los océanos, mares, lagos, ríos, humedales y piscifactorías del planeta, con el objetivo de salvaguardar su aportación a la producción de alimentos.