Los crustáceos que son capaces de reciclar los desechos de la acuicultura

Sábado, 20 Agosto, 2022

El cultivo de peces en el mar, lagunas o ríos puede llevar asociado un exceso de nutrientes como consecuencia de las harinas que alimentan a los peces

Por María García de la Fuente

La acuicultura o cultivo de peces en el mar, lagunas o ríos puede llevar asociado un exceso de nutrientes como consecuencia de las harinas que alimentan a los peces o crustáceos. Para lograr que la acuicultura sea sostenible y evitar esos impactos ambientales, un equipo de la Universidad de Alicante ha desarrollado una investigación con anfípodos para que se coman ese exceso de alimento y se evite la contaminación.

Pero, ¿qué son los anfípodos? Son crustáceos de pequeño tamaño que pertenecen al mismo grupo que las gambas, los cangrejos o las langostas. Normalmente, miden pocos milímetros y viven en el mar. Los anfípodos forman parte de la dieta natural de los peces y de otros crustáceos de mayor tamaño, siendo un escalón clave de la cadena trófica, y buenos bioindicadores de la calidad de las aguas. A la vez, los anfípodos comen algas, otros animales y restos de materia orgánica, y en el caso de la acuicultura se alimentan de los piensos. De esta forma, los anfípodos son capaces de aprovechar el exceso de comida que los peces no se comen en la acuicultura y evitar que el alimento que sobra se acumule en el fondo marino y contamine. Cuando los anfípodos se cultivan en las instalaciones de acuicultura, viven entre algas, mejillones y otros animales marinos que crecen sobre las redes, cabos y boyas de la propia instalación. Y son capaces de colonizar una nueva estructura en mar abierto en solo dos semanas.

Superrecicladores

En las instalaciones de cultivos de peces y crustáceos de la acuicultura se ha determinado que criar, además, anfípodos, ayuda a que los nutrientes no se pierdan en el mar, se acumulen en el fondo y marino y este quede contaminado. Los anfípodos son los superrecicladores. La investigación desarrollada por Victoria Fernández-González, Esther Sánchez-Beresaluce e Isabel Abel, de la Universidad de Alicante, forma parte del proyecto AIRAM, apoyado por la Fundación Biodiversidad, y también está evaluando con análisis químicos y microbiológicos la utilización de anfípodos en gastronomía y nutrición humana, ya que tienen buenas características nutricionales, son ricos en proteínas, minerales y ácidos grasos omega-3.

En España hay acuicultura desde tiempos de los romanos, con piscifactorías en Calpe, Jávea o El Campello en Alicante. Las especies que se crían en la acuicultura actual en España son la trucha arco iris, esturión, dorada, lubina, corvina, seriola, rodaballo, lenguado, mejillón y anguila. El mejillón es el rey de la acuicultura en España, con más de 260.000 toneladas al año, seguido de la lubina 27.000, trucha arcoíris 19.000, dorada 13.500 y rodaballo 8.200 toneladas. El 94% de la acuicultura española se realiza en aguas marinas, bien en granjas de viveros flotantes en el mar, donde se crían los peces entre 12 y 36 meses, dependiendo de la especie; en estanques próximos a la costa que toman el agua del mar por bombeo; o en esteros en zonas intermareales donde el flujo de agua varía con las mareas.

España, primer productor europeo

España es el primer productor de pescado de acuicultura de la Unión Europea, con el 23% del total, más de 345.000 toneladas anuales, y hay más de 5.100 instalaciones de acuicultura en nuestro país. Sin embargo, Europa importa el 90% del pescado de cultivo de terceros países, y en España solo la mitad del pescado de acuicultura que consumimos se produce en nuestro país. Asia es el primer productor mundial de pescado de acuicultura, con más de 90% del total. En el mundo, la mitad del pescado que se consume actualmente procede de la acuicultura, más de 114 millones de toneladas, y en 2030 se estima que cubrirá el 62% del mercado mundial de pescado.