El dato procede del Tercer Debate sobre Biología de la Conservación realizado por la Estación de Investigación Costera del Faro de Ses Salines, en Mallorca, una institución del CSIC y del Instituto de Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea).
La presión sobre los ecosistemas costeros viene en gran medida motivada por el incremento acelerado de la población junto a las costas de todo el planeta. "Esto significa la transformación, cuando no la destrucción de manglares, marismas y dunas, y de las praderas submarinas y los corales", afirmó Carlos Duarte investigador del CSIC y coordinador de los debates. Entre la contaminación que proviene de los asentamientos humanos, más las grandes cantidades de nitrógeno que llegan procedentes de los cultivos intensivos, las praderas marinas y los arrecifes de coral se reducen año tras año: se estima que estos dos ecosistemas desaparecen entre un 5% y un 9% anual.
El nitrógeno de los fertilizantes agrícolas provoca en los ecosistemas marinos un proceso de eutrofización (pérdida de oxígeno), que causa una mortalidad masiva y un deterioro irreversible de los ecosistemas.
Los datos aportados por el informe hecho público ayer afirman que el 54% de las praderas de posidonia y el 44% de los arrecifes de coral de todo el mundo han sido destruidos en las últimas décadas.