Los retos de la acuicultura

Martes, 31 Mayo, 2011

La pesca y la acuicultura desempeñan un papel fundamental en los medios de subsistencia de millones de personas en todo el mundo. El pescado contribuye con un 15 % al suministro mundial total de proteínas animales en la dieta humana. Los informes de la FAO muestran que más de tres cuartas partes de los recursos pesqueros se encuentran amenazados. No obstante, la cifra de recursos sobreexplotados y agotados se mantuvo en los últimos quince años, tras haber aumentado mucho durante las décadas de los setenta y los ochenta del siglo pasado, y es probable que ya se haya alcanzado el potencial máximo de pesca de captura de los océanos del mundo, por lo que es necesario aplicar un enfoque más controlado a la ordenación pesquera.

Desde hace algunos en años se ha producido un cambio fundamental en la acuicultura de algunos países en desarrollo, que si bien en un principio la utilizaban como una forma de completar la dieta proteínica de sus habitantes, últimamente están intensificando sus cultivos para exportarlos a países con alto poder adquisitivo.

La contribución de los productos de acuicultura se ha incrementado de forma significativa en el comercio internacional como es el caso del salmón, el panga, y la tilapia. Estas especies están introduciéndose en nuevos mercados donde hace solo unos años eran prácticamente desconocidas, lo cual pone de manifiesto el potencial de crecimiento de la producción, el comercio y el consumo de especies y productos que responden a las necesidades de los consumidores de adquirir filetes de pescado de carne blanca y de precio moderado. Por otra parte la mayor producción de la acuicultura en los países en desarrollo consiste en peces omnívoros y herbívoros, así como especies que se alimentan por filtración. En cambio, las tres cuartas partes aproximadamente de la producción acuícola de peces de los países desarrollados consisten en especies carnívoras, como es el caso de la dorada y la lubina.

Esta producción de especies carnívoras, que son las más aceptadas por los consumidores europeos y más concretamente por los españoles, está demandado un consumo de piensos ricos en proteínas animales y aceites de pescado.

Esto se ha traducido en el aumento en los precios de los piensos, lo que hace que represente el factor más importante en los costes de producción de la acuicultura. Como forma de abaratar costes, de forma parcial, se han introducido vegetales en la dieta.

La primera empresa de acuicultura que se instaló en la provincia fue en Carboneras, en 1987. En menos de veinte años, la provincia de Almería, con cinco instalaciones, se ha situado a la cabeza de Andalucía con una producción de 2.000 toneladas de dorada, lubina y atún. En los últimos años se están realizando experiencias con una nueva especie, la corvina, con buenos resultados técnicos, aunque alcanzando unos precios muy bajos en la comercialización. Asimismo, la Consejería de Agricultura y Pesca, a través de su Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (Ifapa) lleva a cabo proyectos de investigación, de transferencia de tecnología y de formación en el sector acuícola, que está estudiando soluciones para la introducción de nuevas especies, como los moluscos.

Los problemas de la acuicultura en nuestra provincia son comunes a al resto de los países de UE y se pueden resumir en los siguientes puntos: costes de producción altos, competencia creciente de países menos desarrollados; y precio bajos en primera venta.

Una vez se logren salvar estas dificultades de sostenimiento, la acuicultura tiene ante sí varios retos, que se pueden resumir en tres líneas estratégicas: fomentar la competitividad; sentar las bases para un crecimiento sostenible; y mejorar la imagen del sector, de manera que el consumidor aprecie el producto procedente de la acuicultura local y su calidad.