Los bateeiros gallegos están autorizados a recolectar hasta final de mes la mejilla que se reproduce de manera natural en las rocas del litoral, y que el sector necesita imperiosamente para renovar la producción de sus parques de cultivo.
La campaña de recogida de semilla o cría del mejillón finalizó el viernes, pero la Consellería do Mar decidió ampliar el plazo, por lo que se permite la actividad durante un mes más.
Este aumento de jornadas hábiles para la extracción de la mejilla suele repetirse cada año cuando los inviernos resultan duros, y no cabe duda de que el pasado lo fue. Las constantes lluvias y los fuertes vientos registrados en otoño, a lo que ya en invierno se sumaron temporales como el "Flora" o el "Xynthia", hicieron que los bateeiros perdieran buena parte de la campaña, pues el embravecido mar impedía la recolección.
Hay que tener en cuenta que la mejilla ocupa en las rocas espacios intermareales similares a los que emplea el percebe para reproducirse, y ya se sabe que las dificultades para trabajar en esas rocas son enormes y la actividad resulta a veces muy peligrosa.
De ahí que durante buena parte de la campaña los bateeiros gallegos tuvieran que conformarse con acudir a zonas del litoral más resguardadas o tranquilas -pero habitualmente con menos cantidad de mejilla disponible-, y sólo pudieron trabajar en jornadas que pueden considerarse apacibles, pues si bien es cierto que el acceso a algunos puntos de cría se hace desde tierra firme, en buena parte de los casos es indispensable acercarse a las rocas desde una embarcación, y resulta imposible con fuertes vientos o intenso oleaje.
Es por todo ello que, "para compensar el tiempo perdido", la Consellería do Mar, dirigida por Rosa Quintana, decidió autorizar la prórroga citada.
Al igual que decidió intensificar la vigilancia en las zonas tradicionalmente más conflictivas, es decir, allí donde las cofradías de pescadores o colectivos como el de percebeiros tratan de oponerse a la recolección realizada por los bateeiros, lo cual ya provocó importantes enfrentamientos.
La Administración hizo un llamamiento a la calma y decidió vigilar los lugares motivo de discordia, tal y como habían reclamado los propios bateeiros.
Hay que incidir en que a los productores les avala la legislación vigente, que como concesionarios de los parques de cultivo los convierte también en personas autorizadas para recoger la mejilla del litoral para preparar la siguiente cosecha.
En cada campaña de recolección de mejilla -desde noviembre a finales de abril o mayo, como en esta ocasión-, pueden recolectarse en toda Galicia alrededor de 11 millones de kilos de mejilla.
Este producto, al que en el sector conocen como "cría", se "raspa" de las rocas como se hace con el percebe y se traslada a las bateas, donde se sujeta a las cuerdas mediante el proceso de "encordado". Se utiliza una fina red biodegradable que contiene a los minúsculos mejillones hasta que se adhieren a la cuerda o colector por sí mismos.
Al cabo de unos meses -la periodicidad depende de la ubicación de la batea, pues esto influye en la alimentación y por tanto en el crecimiento del molusco- se efectúa el "desdoble", que consiste en retirar todo el mejillón de cada cuerda para redistribuir su peso en dos o tres cuerdas diferentes, en las que de nuevo vuelve a "encordarse".
Esto permite que el molusco siga creciendo hasta alcanzar la talla comercial, pero además el desdoble es fundamental para evitar que la acción de un fuerte temporal pueda tirar al fondo de las rías toda la producción, ya que a mayor peso en una cuerda más son las posibilidades de que se desprenda. Y lógicamente si el mejillón empieza soltarse de la cuerda por la parte superior, dado que está unido entre sí, arrastra al fondo a toda la "piña" de esa cuerda, como si de quitarle la piel a un plátano se tratara.