Mejoras en la producción acuícola

Jueves, 9 Diciembre, 2010

La investigación en el campo de la acuicultura persigue, sobre todo, un claro objetivo: garantizar la seguridad sanitaria del pescado. La lucha contra patógenos y una alimentación segura son dos factores fundamentales en este ámbito.

Una de las especies más susceptibles al ataque de patógenos es el bagre, formado por un grupo de 30 familias y más de 2.000 especies distintas. Este pescado se ha seleccionado para desarrollar estudios cuyas conclusiones ayuden a combatir las enfermedades claves de las diferentes especies de bagres y aplicarlas al resto de especies marinas. Uno de los últimos avances ha sido el desarrollo de vacunas contra las bacterias Streptococcus iniae y S. agalactiae, junto con la creación de nuevos piensos para su alimentación, que faciliten una producción sostenible y eliminen los altos contenidos de harina de pescado de los piensos tradicionales.

Para el desarrollo de vacunas efectivas con patógenos que atacan al bagre se ha modificado la composición genética de las bacterias. Con ello, se consiguen varios efectos: en primer lugar, se elimina su efecto y su virulencia y, en segundo lugar, es posible desarrollar unas vacunas que expongan a los peces a dosis bajas de las formas modificadas de los diferentes patógenos, es decir, unas vacunas modificadas y vivas.

Cuestión de genética

La primera de ellas, efectiva contra S. iniae, se denomina "viva" porque contiene pequeñas dosis de bacteria y es más efectiva que las llamadas inactivas y utilizadas hasta ahora. Tiene la suficiente similitud con el patógeno que se combate, que es capaz de estimular una actividad inmunitaria permanente a los peces evaluados. El proceso de vacunación consiste en sumergir los peces con agua que ya contiene el patógeno modificado, aunque se estudian nuevas formas de hacerlo.

La técnica se ha llevado a cabo en el sector del bagre, de ahí que las vacunas sean específicas para los patógenos que afectan a esta especie. Un ejemplo es la lucha contra el patógeno Edwardsiella ictaluri, causante de septicemia entérica. Esta vacuna ya se ha probado con diferentes especies de bagre. Los resultados han mostrado un aumento del 12% en la tasa de supervivencia de los peces que recibieron la vacuna, frente a otros que no la recibieron, además de significativos beneficios para los productores que se ofrecieron a utilizarla en sus aguas.

Piensos más equilibrados
Los piensos adaptados para los peces están elaborados, en muchos casos, con unos elevados contenidos de harina o aceite de pescado. Si se tiene en cuenta que la acuicultura provee hoy en día la mitad del pescado para el consumo humano, los expertos buscan satisfacer un consumo sano, seguro y equilibrado. Para ello, se desarrolla también una nueva variedad de pienso a base de proteínas vegetales concentradas.

La elaboración de este nuevo pienso se lleva a cabo mediante un extrusor de cocina y los investigadores ya lo formulan para alimentar a especies como el salmón, la corvina blanca o la trucha. Se evalúan seis dietas que contienen diferentes combinaciones de proteínas alternativas, junto con los piensos habituales para poder compararlas. Los primeros resultados apuntan que la nueva dieta funciona mejor para los peces estudiados, con unos mejores resultados de la composición final del pescado listo para consumir. La base del nuevo alimento son los ingredientes como el maíz, la harina de gluten y la proteína de soja, para poder eliminar o añadir menos cantidad de harina de pescado.