NATURALEZA: La gran fiesta de las aves

Miércoles, 9 Enero, 2008

Las marismas del Guadalquivir se alzan como el mayor humedal de España y el principal centro de recepción de aves acuáticas migratorias durante el invierno. Pero querer descubrir y saborear los mejores escenarios de la marisma, cuando las láminas de agua revientan de vida alada, llega a ser complicado en un paraje natural tan extenso. Sin embargo, esto es posible con una visita a Veta la Palma, en Isla Mayor. Una finca privada que supera las 11.300 hectáreas, rodeada por el río Guadalquivir y por un ramal del mismo llamado Brazo de la Torre, capaz de acoger contingentes alados que van de los 70.000 individuos de febrero y marzo a los 400.000 de octubre y noviembre (con el paso migratorio), pertenecientes a más de cien especies, diez de ellas en peligro de extinción (águila pescadora, cerceta pardilla...). Sus propietarios desde 1982, Pesquerías Isla Mayor, decidieron restaurar zonas húmedas desecadas con anterioridad para iniciar un sistema de acuicultura extensiva en 3.200 hectáreas de terreno único en España, que obtuvo el Premio Andalucía de Conservación de la Naturaleza en 1998, otorgado por la Junta de Andalucía como ejemplo de desarrollo sostenible. Aquí, las piscinas son inmensas lagunas, 44 en total, en las que permanecen especies propias del estuario del Guadalquivir, como lubinas, doradas, lenguados, mújoles, anguilas y camarones.

La finca también dedica otras 4.600 hectáreas a la cría extensiva de ganado bravo del hierro de Ybarra y de yeguas autóctonas marismeñas, y 3.500 más al cultivo de arroz sin aportes de abonos ni herbicidas, con lo que conserva otros dos biotopos diferentes capaces de crear un conjunto de hábitats naturales donde abundan los alimentos para las aves. Por la excelente calidad de sus aguas, se ha convertido en el pulmón y despensa del parque nacional de Doñana durante buena parte de la temporada estival.

El recorrido turístico por la finca tiene dos puntos de partida: por la parte norte, para los visitantes que llegan desde Sevilla, y por la zona sur, en el embarcadero donde atraca el barco procedente de Sanlúcar de Barrameda. La finca tiene un centro de recepción ubicado en un típico chozo marismeño de tejado de castañuela, donde se muestra una maqueta a escala de todo el humedal, un acuario con las especies de peces que se crían en las lagunas, audiovisuales sobre la fauna y flora, y láminas identificativas de las aves emblemáticas que se van a observar durante el recorrido.

La visita se suele realizar en seis tramos diferenciados que completan los casi cuarenta kilómetros de caminos preparados para la ruta turística. Una parte se hace en autocar; otra, en una barca típica marismeña, y el resto será para andarlo. Entre las escenas más llamativas de la excursión se pueden destacar la conducción del ganado bravo por caballistas a través del campo, la observación de la avifauna desde una patera tirada por caballos en medio de la marisma, y las faenas de la pesca del camarón y la pesca con tarraya de mújoles y doradas.