PESCA y ACUICULTURA - INTERNACIONAL: El cambio climático tendrá un fuerte impacto en la pesca y la acuicultura, según la FAO

Viernes, 11 Julio, 2008

Las comunidades pesqueras en el mundo en desarrollo son muy vulnerables al cambio climático.

La voz de alerta de la Organización de la ONU se produjo al comienzo del simposio científico de cuatro días sobre el cambio climático y la pesca marina que tiene lugar en su sede central en Roma (8 al 11 de julio de 2008). El evento, que cuenta con la participación de más de 200 expertos y responsables de políticas pesqueras de todo el mundo, aspira a trazar un cuadro más detallado de los desafíos que el cambio climático plantea a la pesca marina y a los millones de personas que dependen de ella para sus ingresos y alimentación.

Alto grado de vulnerabilidad

Según la FAO, la pesca de captura salvaje es muy diferente a otros sistemas productivos alimentarios en sus vínculos y respuestas al cambio climático y en las consecuencias sobre la seguridad alimentaria.

A diferencia de la mayoría de los animales terrestres, las especies acuáticas empleadas para el consumo humano son poiquilotérmicas, es decir, sus temperaturas corporales varían en función de la temperatura ambiente. Cualquier cambio en la temperatura de su hábitat influye notablemente en su metabolismo, tasa de crecimiento, productividad, reproducción estacional y sensibilidad a enfermedades y toxinas.

Ya se notan los efectos

Entre los efectos del cambio climático en la pesca y la acuicultura que ya están siendo observados se encuentran:

En las aguas marinas, los procesos climáticos y los eventos meteorológicos extremos aumentarán en frecuencia e intensidad. El más conocido de todos ellos es el fenómeno de El Niño en el Sur del Pacifico.

Es probable que el actual calentamiento de los océanos mundiales continúe, pero con diferencias geográficas y cierta variabilidad cada diez años. El calentamiento es mas intenso en las aguas superficiales pero no sólo se limita a éstas. El Atlántico muestra señales claras del calentamiento en aguas profundas.

Ya se han observado cambios en la distribución de los peces en respuesta a las variaciones climáticas, generalmente involucrando expansiones hacia los polos de las especies de aguas más cálidas y contracciones alrededor de los polos de especies de aguas más frías.

Se están produciendo cambios en la salinidad de los océanos, con un aumento de la salinidad en las aguas cercanas a la superficie de las zonas más evaporativas de la mayoría de los océanos mundiales. Por otro lado está disminuyendo la salinidad en las zonas marinas de las latitudes altas debido al aumento de las precipitaciones, mayor escorrentía, deshielo y otros fenómenos atmosféricos.

Y los océanos se están volviendo más ácidos, con probables consecuencias negativas para muchos arrecifes de coral y organismos relacionados con el calcio.

Consecuencias para la seguridad alimentaria

La FAO afirma que, aunque existen grandes diferencias regionales, es probable que el mundo asista a cambios significativos en la producción pesquera en mares y océanos.

Para las comunidades que dependen en gran medida de la pesca, cualquier disminución de la disponibilidad local o de la calidad del pescado para alimentación o cualquier aumento de la inestabilidad de sus medios de vida puede plantearles problemas muy graves.

Las comunidades pesqueras situadas en latitudes altas y aquellas que dependen de sistemas susceptibles al cambio climático -como surgencias o arrecifes de coral-, estarán muy expuestas a los impactos relacionados con el clima. Además, las comunidades pesqueras ubicadas en deltas, atolones de coral y costas dominadas por el hielo serán especialmente vulnerables al ascenso del nivel del mar y otros riesgos relacionados como inundaciones, intrusión salina y erosión costera.

No obstante, aquellos países con una capacidad limitada para adaptarse a los cambios, incluso encontrándose en zonas de bajo riesgo, también son vulnerables.

La FAO también apuntó, sin embargo, que el impacto de los cambios físicos y biológicos relacionados con el clima en la pesca y en las comunidades que dependen de ella será tan variado como los propios cambios. Es probable que los efectos sean tanto positivos como negativos, y dependerán de las circunstancias locales y la vulnerabilidad y capacidad de adaptación de las comunidades afectadas.

Un sector clave en riesgo

Tanto a nivel local como mundial, la pesca y la acuicultura desempañan un papel importante a la hora de proporcionar alimentos y generar ingresos. Cerca de 42 millones de personas trabajan directamente en el sector, la gran mayoría en países en desarrollo. Si sumamos aquellos que trabajan en las industrias asociadas del procesado, mercadeo, distribución y suministro, el sector supone el medio de subsistencia para varios cientos de millones de personas.

Los alimentos acuáticos tienen una elevada calidad nutricional y contribuyen con un 20 por ciento o más al consumo medio per cápita de proteínas animales de más de 2 800 millones de personas, fundamentalmente en los países en desarrollo.

Además, el pescado es el producto alimentario mundial más comercializado y una fuente de ingresos clave en las exportaciones de los países más pobres. El sector tiene especial importancia para los pequeños estados insulares.

Por tanto, la FAO está centrando cada vez más su atención en cómo afectará el cambio climático a la pesca y la acuicultura.

En abril, la agencia convocó a un seminario de expertos para analizar las consecuencias del cambio climático en la pesca y la acuicultura con antelación a la cumbre de junio de 2008 sobre la seguridad alimentaria, el cambio climático y la bioenergía. El grupo generó un documento general que estudia diversas cuestiones y los riesgos implicados, y también esbozó posibles medidas que los gobiernos y responsables de políticas pueden comenzar a adoptar, además de subrayar la responsabilidad del sector a la hora de minimizar su huella de carbono.

El simposio de esta semana tiene la intención de profundizar y ampliar el conocimiento científico sobre el efecto del cambio climático en los ecosistemas marinos y las comunidades que dependen de ellos.

El simposio está patrocinado y organizado conjuntamente por la FAO, la Dinámica de los Ecosistemas Oceánicos Mundiales (GLOBEC, por sus siglas en inglés) y la Red de Excelencia Europea para el Análisis de los Ecosistemas Oceánicos (EUR-OCEANS, por sus siglas en inglés).