«Que la acuicultura mejore depende de que se pueda cerrar el ciclo de producción»

Jueves, 31 Mayo, 2007

Pregunta.- Además del número de especies ¿hay más razones que expliquen esa diferencia?

Respuesta.- Los patógenos. La domesticación de especies terrestres es un puente de transición de enfermedades de los animales al hombre. En la Edad Media, uno de los vectores más importantes de patógenos era el ganado.

P.-¿Cómo cuáles?

R.- Como la triquinosis, del cerdo, o la peste porcina. En la actualidad se trata de otras enfermedades, como la gripe aviar o la enfermedad de las vacas locas. En el caso de las especies marinas no hay ningún patógeno que haya saltado de la misma forma.

P.- Sin embargo, aunque rápida, se dice que la acuicultura ahora no lo está haciendo muy bien.

R.- La acuicultura ahora se percibe como un riesgo, pero puede convertirse en algo positivo. Ahora tiene dos problemas. De un lado, supone un elevado aporte de materia orgánica al mar y, por el otro, depende de la explotación de los recursos pesqueros para obtener las harinas de pescado con las que alimentar a los ejemplares. Que la acuicultura mejore depende mucho de que se pueda cerrar el ciclo de producción, que el alimento que se necesita para producir peces se genere en el propio sistema y que no suponga una presión sobre la diversidad salvaje.

P.-¿Podrá el océano seguir proveyendo alimento para la humanidad en el futuro próximo?

R.- Creo que sí, pero no a partir de los océanos salvajes. Hace entre 5.000 y 10.000 años la humanidad tuvo que empezar a domesticar especies terrestres, porque se llego a una encrucijada en la que se vio que no se podía seguir dependiendo sólo de la caza. Con los recursos marinos, aunque hemos tardado más estamos ahora en esa misma encrucijada.

P.- Uno de los argumentos que se dan para justificar la pesca es la necesidad de alimentar a los peces de la acuicultura con ácidos grasos omega-3, que sólo se pueden obtener de organismos marinos. Luego, hay que cogerlos de algún sitio.

R.- Los omega-3 se pueden obtener de macroalgas, que ya se usan como aditivos o emulgentes. Pero se han planteado otras opciones. Por ejemplo, fermentar residuos terrestres, lo que genera metano y microorganismos que, a su vez, generan ácidos grasos omega-3. También se puede obtener con microalgas. Son estos, los microorganismos que están en la base de la cadena trófica, los que producen omega-3, no los peces.