Satisfacción por el cambio del decreto que condenaba a la trucha y a la almeja japónica

Miércoles, 25 Septiembre, 2013

A punto estuvieron la trucha arco iris -la especie estrella de la acuicultura continental gallega- y la almeja japónica de desaparecer del catálogo de la acuicultura española. El primer real decreto sobre especies exóticas invasoras impedía su explotación, su comercialización y hasta su transporte. «Un disparate», señala Ojeda. Afortunadamente ese dislate se corrigió año y medio después de su publicación, un tiempo casi récord en el cronómetro administrativo. Y Apromar aplaude y agradece esa decisión, que excluye de manera conveniente a la almeja japonesa, que habría dejado a las lonjas gallegas sin la variedad de bivalvo que, por volumen, se ha convertido en su principal recurso, a la trucha arco iris -de la que Galicia produce más de 4.000 toneladas-, a la ostra del Pacífico y a la artemia franciscana, que sirve de alimento a las especies piscícolas y los peces del acuario.

Tasas portuarias

La agrupación de productores reclamó para los piscicultores marinos una adaptación de las tasas portuarias para que sean homogéneas en todos los puertos y acordes con los servicios que reciben las empresas. En este sentido, el gerente de Apromar apostó por el modelo que Galicia aplica a sus mejilloneros, que pagan en función de los metros lineales y el tiempo que ocupan y Portos les aplica una bonificación. En otros puntos, como Valencia o Andalucía, donde se desembarca, se les aplica la misma tasa que la pesca fresca, lo que «ni por su naturaleza ni por la estructura de negocio productivo es asimilable».