El estudio ha detectado que un 20% de los productos y piensos que se proporcionan a los peces en las jaulas como alimento "se pierden", es decir, acaban siendo consumidos por los organismos y especies que prosperan por el entorno de estas instalaciones, como algas, mejillones y peces en libertad. Especies, todas ellas, que escapan del control sanitario que se sigue en los productos procedentes de la acuicultura que llegan al mercado.
El informe advierte sobre "impactos en cadenas tróficas, resistencias frente a los antibióticos, y cambios en la biodiversidad" del entorno. Este informe se enmarca en el programa europeo AQUAS.
Los investigadores abogan por "una mayor vigilancia" de esta actividad, además, reclaman una mayor colaboración entre centros de investigación, empresarios y administración que permita que se realicen auditorías constantes de las piscifactorías para reducir su posible impacto futuro en las aguas.