El inconveniente reside en que estos animales, una vez se han reproducido en los centros acuícolas, fecundan a crías que son hermanas entre sí yestos parientes se reproducirán entre ellos, originando, de esta forma, una mayor degradación genética en las especies y un producto alimenticio sin calidad alguna.
El problema de la mala calidad de estos peces es que los expertos de las piscifactorías no pueden evitar la multiplicación de estas especies, puesto que son incapaces de saber las relaciones familiares de las miles de doradas y lubinas que crían en sus propios recintos de cultivo. Por ello, la recién creada spin off Biotechonology Consulting, ha desarrollado una tecnología capaz de extraer la huella genética de estas variedades para ofrecer esta información a las empresas del sector acuícola.
No obstante, no sólo los ?datos familiares? de estos peces de cultivo sirven para prevenir la reproducción de crías emparentadas entre sí. Con la huella genética se puede tener información precisa sobre qué especies son más tolerantes y resistentes a padecer diversas enfermedades y cuáles de estas doradas y lubinas se desarrollan con más rapidez. Esto último es crucial para la empresa acuícola, que podrá tener un incremento importante en número de especies de mayor calidad en el menor tiempo posible.