La primera jornada de esta mañana del Foro de los Recursos Marinos y de la Acuicultura de las Rías Gallegas quiso mirar al futuro; un futuro que, por las ponencias allí presentadas y lo debatido también entre los ponentes y asistentes, parece prometedor.
Un prometedor futuro que no está asentado, según lo indicado, en pilares de sal, sino en experiencias y realidades concretas como las que se dieron a conocer en la sesión de hoy, donde la valorización, la diferenciación, la búsqueda de nuevos mercados y una mayor rentabilidad parecen ser los conductos que, en manos del sector, pueden llevar a un mayor desarrollo de la actividad.
Los descartes son un desperdicio de recursos para la sociedad tanto del punto de vista de la alimentación humana (y otros usos) como desde el punto de vista económico, a mayores de verse como un perjuicio para los ecosistemas y la biodiversidad. Con esto en mente la UE se ha propuesto que, en base a la nueva reforma de la Política Pesquera Común, se regule sobre lo que se captura en lugar de lo que se desembarca; lo que llevará una política de descartes cero.
Esta premisa de eliminación de descartes implicará, y así lo exponía hoy Ricardo Pérez del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC, que, a corto plazo, se incrementen los costes netos y las pérdidas de renta, pero, añadía, "hay que mirar más allá", porque a medio/largo plazo los beneficios económicos, además del impacto sobre los stocks, pueden ser importantes. Así, y para no considerar una pérdida lo que ya no se podrá descartar, habría que darle valor, y sobre esto Ricardo Pérez y su equipo llevan años trabajando.
¿Cómo darle valor económico, cómo valorizar los descartes? Pérez ofrecía dos alternativas posibles, además de la posibilidad de que se destinen al consumo humano: "la alimentación animal y la producción de compuestos o productos específicos con un valor interesante". En el primer caso, por ejemplo, se estaría hablando de harina y aceite de pescado o hidrolizados; y en el segundo de colágeno, quitina/quitosano; condroitín, etc. Esto es, el campo para generar producto de alto valor a partir de descartes es inmenso: industria alimentaria, farmacéutica, cosmética, biomédica, etc. Muchas de estas aplicaciones no son novedosas, de hecho, señalaba Ricardo Pérez, "se están utilizando a nivel mundial y nosotros, con el gran potencial que tenemos para producirlas, las estamos importando". Tenemos, insistía, "capacidad para generar esos productos de alto valor, existe también capacidad para invertir, tenemos instalaciones, y materia prima. La oportunidad está a nuestro alcance"
El investigador destacaba en su intervención, entre otros usos, la utilización de los hidrolizados para la elaboración de dietas para peces, especialmente, para estadíos iniciales, "que mejoran de forma muy importante el sistema inmune, la resistencia a enfermedades, y por tanto los efectos positivos sobre su supervivencia".
NUEVAS E INNOVADORAS INICIATIVAS
El marisqueo, una actividad especialmente tradicional, ha evolucionado con el tiempo, aunque igual no tanto como sería de desear dada su importancia económica y social en Galicia, pero son ya muchas las asociaciones y agrupaciones de mariscadores que han apostado por dar un paso más buscando valorar los recursos y una mayor rentabilidad para las personas que ejercen la actividad; una nueva filosofía de gestión y emprendimiento.
La cofradía de Pescadores de Cangas, y la Cooperativa Ría de Arousa, han apostado por ello y lo han hecho de diferentes formas; la primera, en base a un proyecto de cultivo y comercialización de volanderia; y la segunda mediante la diferenciación y la certificación de su almeja y berberecho a través de MSC.
La Cofradía de Cangas ha puesto en marcha la producción de Aequipecten opercularis (volanderia) que captan del medio natural y preengordan y en engordan en batea hasta que alcanza a su talla comercial; a lo que ha sumado una línea de procesado y promoción. Así, la volandeira de Cangas se comercializa en distintos formatos para la venta, explicaba Berta Barreiro, todo ello acompañado de una buena campaña de marketing: desde el diseño de una marca propia a la asistencia a ferias.
Por su parte, la Cooperativa de mariscadores de Arousa de Abanqueiro, y tras años de trabajo, ha obtenido el sello MSC para la almeja y el berberecho; un estándar que se basa en tres principios: el buen estado de las poblaciones salvajes, el impacto de la pesquería sobre el ecosistema marino y el sistema de gestión empleado para supervisar la pesquería. Se trata de la segunda pesquería artesanal en aguas españolas en conseguir este distintivo. "Nuestras homólogas certificadas por MSC han logrado mayor acceso al mercado, y un mayor precio; éste también es nuestro camino", explicaba Luis Santos gerente de la cooperativa; quien adelantaba también que la propia cooperativa está poniendo en marcha un centro de depuración/expedición para posicionar el producto en el mercado "saltando de esta manera la figura del intermediario, que acaba por encarecer el producto y también, con ello, lograr evitar al máximo la manipulación del producto". Las fortalezas según Santos están claras: calidad, diferenciación, certificación y precio competitivo.
Artemar, por su parte, es una pequeña empresa de nueva creación que integra innovación y tradición, exponía Pedro Ferreiro, uno de sus socios. Especializada en algas y productos ahumados, en concreto en algas deshidratadas y conservas, comercializa estos productos -cuya elaboración encarga a otras empresas- en tiendas gourmet y hostelería, fundamentalmente; a lo que se une más recientemente una tienda de venta y degustación propia en Cangas, sede de la empresa. Los resultados, hasta el momento, han sido especialmente buenos: la facturación se ha duplicado año a año, su margen de beneficio es del 30%, y la facturación para 2013 se estima que alcance los 100.000 euros.
Si bien el 95% de las conservas de productos del mar, se comercializan a través de la gran distribución, esta empresa es ajena a las luchas y negociaciones con este canal de comercialización: "nuestro objetivo no es la gran distribución, sino la tienda especializada, que también valoriza un producto que no se puede encontrar en las grandes superficies", explicaba Ferreiro.