España, poco antes de 1856…
La acuicultura profesional llega a España poco antes de 1866, año en el que se crea el Laboratorio Ictiológico de La Granja del Real Sitio de San Ildefonso y aparece la primera piscifactoría de trucha en el Monasterio de Piedra (Aragón).

Hasta los años 80…
En los años 80 se distinguían tres cultivos característicos en la acuicultura española, entonces familiar y muy tradicional:

Bateas de mejillón
Principalmente en las rías gallegas. Los mejillones crecen encordados a un entramado de cuerdas verticales, filtrando nutrientes del medio.

Cultivo de trucha arco iris y otras especies continentales
En estanques con agua dulce procedente de los ríos.

Esteros gaditanos
Los peces se estabulan en zonas de poca profundidad y separadas del mar abierto. Crecen y se alimentan del medio natural.
A partir de los años 90…
Más tarde, en los años 90, con la incorporación de nuevas tecnologías y una mayor industrialización del sector, se incorporaron nuevas especies como el rodaballo en el norte de España o, más recientemente, el lenguado.
¿Sabías que España es el primer productor
acuícola de la Unión Europea?
Hoy en día, la acuicultura supone, a nivel mundial, la mitad de la producción de pescado que consumimos y, en nuestro país, uno de los mayores consumidores de pescado en el mundo, en torno al 25 %. La acuicultura ha comenzado a percibirse como vía para mantener e incrementar el consumo de pescado y satisfacer las demandas futuras de proteínas, constituyendo, además, una fuente de empleo. ¿Sabías que España es el primer productor acuícola de la Unión Europea?
Los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), correspondientes al año 2022, indican que en España contábamos con 5.057 establecimientos y una producción de 809.351,80 toneladas. La mayor parte de las instalaciones acuícolas son cultivos verticales, principalmente bateas, que se corresponden con los altos valores de producción de mejillón: 192.203 toneladas en 2022 según los datos del Ministerio.
España se caracteriza por ser uno de los países con una mayor diversidad acuícola, cultivándose en torno a 40 especies de acuicultura marina y continental. La mayor parte de ellas se crían con fines comerciales y alimenticios, otras tienen un componente ambiental, vinculado a la conservación de especies en peligro y, más recientemente, han surgido nuevos usos relacionados con la acuicultura ornamental o el cultivo de algas para la producción de biodiésel.

Los datos de producción expuestos nos dan una idea del volumen económico que puede generar esta actividad: alrededor de 868 millones de euros en 2022 según los datos del MAPA, siendo un importante motor de desarrollo para las zonas costeras altamente dependientes de la pesca y constituyendo, por tanto, una importante fuente de empleo.

El futuro de nuestra acuicultura pasa por una apuesta firme y decidida de todos los agentes por su desarrollo sostenible, simplificando el marco normativo que la regula y fomentando la búsqueda y declaración de nuevas Zonas de Interés Acuícola, donde la acuicultura pueda seguir desarrollándose al tiempo que se promueve la creación de una imagen sectorial bien definida y se traslada a la sociedad la importancia de esta actividad desde la perspectiva social, ambiental y económica.
Para ampliar esta información puedes consultar nuestro apartado de publicaciones y la web de la Junta Nacional Asesora de Cultivos Marinos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Conoce los escenarios a los que se enfrenta el sector acuícula español.
Análisis de las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades.
Las respuestas a las dudas más frecuentes sobre seguridad alimentaria y la acuicultura.