Casares, Pablo

Miércoles, 13 Febrero, 2013

El Aquarium Donostia-San Sebastián es el segundo museo más visitado del País Vasco después del Guggenheim. Los acuarios con tiburones y el esqueleto de ballena son un aliciente para el visitante, pero el Aquarium intenta ir más lejos. El mar Cantábrico, su fauna, su historia y la tradición pesquera y acuícola de la zona son la seña de identidad de este espacio fundado por la Sociedad Oceanográfica de Guipuzkoa en 1928. El arraigo al entorno también guía las actividades que impulsa el Departamento de Divulgación del Aquarium. Su responsable, Pablo Casares, y su equipo tratan de acercar el mundo del mar a los visitantes a través de programas didácticos y exposiciones de una forma lúdica y a la vez educativa. La acuicultura también está presente en este recorrido.

¿Cuál es la clave de vuestras acciones de divulgación?

Tenemos dos líneas de trabajo, por un lado, las visitas guiadas donde se ofertan diferentes visitas monográficas, que tratan temas como el de la caza de la ballena o sobre los tiburones y, por otro, talleres de manualidades y actividades más lúdicas que acercan a los visitantes al mundo del mar. El público con el que trabajamos mayormente es el escolar, aunque también nos visitan muchas asociaciones y colectivos de diversa índole. Dentro de las visitas, la parte de la caza de la ballena tiene mucha importancia, ya que en el colegio tratan este tema porque su caza tuvo históricamente mucha importancia, y en la visita pueden ver un esqueleto de ballena franca. Intentamos reforzar la idea de que somos un acuario centrado en el Cantábrico.

En 2008 concluyó la reforma del acuario tras cuatro años de trabajo. ¿Cómo se han conseguido adaptar los contenidos a este nuevo espacio?


Es algo que cuidamos mucho. Tras una reflexión, vimos que éramos fuertes en la parte acuariológica y en el Cantábrico. Por lo tanto, no tenía mucho sentido estar en el Cantábrico y explicar la fauna de otros mares, por lo que pensamos en lanzar la idea de pasar de lo local a lo general. Es decir, explicando nuestra fauna también podíamos mostrar otras cuestiones de biología marina que inciden en otras especies del mundo. Al fin y al cabo, los mares no tienen fronteras, sino que se interrelacionan.  De hecho, hay algunas especies de mares templados que aparecen aquí. Eso nos llevo a reforzar la idea de hacer un acuario más basado en temas del Cantábrico. En la parte del museo, también nos centramos en aquellos utensilios, aparejos y embarcaciones que hemos ido recabando de nuestro entorno para mostrar la historia naval y pesquera de nuestro territorio.

¿Cómo funciona este concepto  de cara al visitante?

Estamos muy contentos. Si bien el mayor atractivo son los peces y los acuarios, tenemos constancia de que mucha gente también se lleva una gran sorpresa con la parte del museo porque al fin y cabo es la historia del territorio en el que vivimos y su relación con el mar. Es más, cuando cerramos por la reforma y sólo abrimos los acuarios, los visitantes echaban de menos las piezas del museo, como el esqueleto de ballena y los barcos.

El Aquarium cuenta con más de 3.000 especies. ¿De dónde proceden?

Nos hemos especializado en fauna cantábrica y atlántica, aunque también contamos con algunas especies tropicales de otros mares. Tenemos un pescador que sólo captura especies para nosotros de forma muy artesanal y selectiva. Dorada, lubina, caballitos de mar, centollos son algunas de las especies que tenemos. Hay de todo, aquí la fauna es muy rica. Incluso tenemos un acuario de agua fría con coral y eso que la mayor parte de los corales se encuentran en aguas templadas.

¿Cuál es vuestra relación con la acuicultura?


En el Aquarium tenemos una relación muy estrecha con AZTI Tecnalia, un centro de investigación especializado en la investigación del mar y los alimentos. También este año vamos a traer la exposición de fotografía ACUIFOTO, que recoge imágenes de de acuicultura. Además, en algunas exposiciones también se trata el tema, como en la de conchas, en la que mostramos un criadero de ostras. En la parte del museo, también se dan unas pequeñas pinceladas en la visita sobre pesca.

En el País Vasco no hay tanto cultivo como por ejemplo en Galicia, pero evidentemente la acuicultura es inevitable y las líneas de trabajo sobre las especies marinas van a ir por ahí. La alimentación desde luego va a pasar por la acuicultura. La pesca que conocemos hasta la fecha de hoy tiene grandes problemas y los bancos de peces se están extinguiendo o están muy castigados. Por lo tanto, la acuicultura es el futuro.

¿Qué aspectos medioambientales destacáis durante la visita al Aquarium?

Intentamos no bombardear con cuestiones como el agotamiento de los recursos y la contaminación de los mares porque la gente ya viene mucho mas informada y está más sensibilizada que hace veinte años. El discurso lo tienen interiorizado e intentamos no redundar ni dar una perspectiva demasiado pesimista. Pero sí hay una serie de realidades que intentamos transmitirlas de una manera sencilla.

¿Hay un interés de la información acerca del mar y sus recursos por parte de los visitantes?

Jugamos con una gran ventaja porque tenemos el elemento vivo. Es más fácil explicar el apareamiento de los tiburones cuando ves cómo late un pequeño embrión, que en una clase. El entorno, en este caso el acuario, nos facilita explicar la ciencia.

¿Cómo lográis difundir el conocimiento científico del medio marino de forma entretenida y a la vez divulgativa?


En el mundo científico siempre ha habido un puente difícil cruzar para transformar contenidos aparentemente un poco más áridos en un lenguaje mucho más didáctico y divulgativo. Nosotros intentamos en la parte más didáctica que el lenguaje sea más cercano, con muchos ejemplos que ayuden a entender una serie de conceptos muy básicos. Hoy en día tenemos un mayor acceso a la información por medio de Internet, por lo tanto, no tiene mucho sentido avasallar a los visitantes con muchos datos. Intentamos buscar un equilibrio y que se lo pasen bien, al mismo tiempo que salen del Aquarium con dos o tres conceptos básicos.

Un componente muy importante para lograrlo es el equipo. Contamos con personal joven, muy motivado y con fácil acceso al lenguaje de los escolares. Por otro lado, intentamos trabajar los contenidos para sacar el máximo partido a las especies que tenemos. Nuestros visitantes vienen al acuario con un espíritu lúdico, por lo que si se llevan un par de conceptos a casa, nos damos por satisfechos.

¿Cómo incorporáis las nuevas tecnologías?

Es un debate frecuente. Aquí los visitantes no se van a encontrar con muchas herramientas interactivas porque su mantenimiento y actualización es muy costosa y es muy difícil estar al mismo nivel tecnológico que los chavales. Por lo tanto, nuestro fuerte es lo que no encuentran en casa, como los acuarios y otros elementos del museo que nunca han visto. Además, hasta hace poco teníamos unas pantallas táctiles y casi ni les hacían ni caso. En cambio, en los talleres de manualidades se entretienen mucho y se lo pasan muy bien porque en casa no hacen este tipo de actividades o no tienen acceso. De todas formas, no hay que dejar de perder de vista estas cuestiones. Personalmente, creo que las nuevas tecnologías deben estar presentes.

Los resultados de la última encuesta de percepción de la ciencia elaborada por FECYT muestran que uno de cada cuatro españoles no está interesado en la ciencia principalmente porque no la entiende. ¿Cómo crees se podría potenciar la divulgación?

Hay muchos esfuerzos a través de nuevos contenidos y blogs, pero es complicado trasladar el lenguaje científico y hacerlo más cotidiano a la sociedad, sobre todo ciertos aspectos o disciplinas científicas. De todos modos, la ciencia y la tecnología están en nuestras vida y convivimos con ellas, aunque a veces cueste entenderlas.

Pablo
Casares
Titulacion: 
Licenciado en Filosofía por la Universidad de Salamanca y Máster en Ciencia y Comunicación
Profesión: 
Responsable del Departamento de Divulgación del Aquarium Donostia-San Sebastián
Miscelánea: 

Hace 13 años se incorpora como técnico del Departamento de Museología del Aquarium de San Sebastián y tras cuatro años en esta área surge la posibilidad de ser el responsable de un nuevo departamento que aglutinaba el trabajo relativo a la divulgación y educación dentro del centro. Desde entonces, realiza diversas tareas en el Departamento de Divulgación, entre las que cuales, dirige los programas didácticos que oferta el Aquarium y gestiona y diseña las exposiciones temporales.