Fernández Aldana, Juan Manuel
Juan Manuel Fernández Aldana está al frente de APROMAR-Cooperación, la línea de la Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos destinada a impulsar proyectos de cooperación al desarrollo en acuicultura. Con más de 25 años de experiencia en el sector acuícola nacional e internacional, entre los cuales presidió APROMAR de 2003 a 2007, destaca que la reestructuración del sector acuícola "ha sido dura", pero incide en que "hay que aprender la lección e invertir conforme a la demanda del mercado".
¿Qué necesidades detectó en el sector cuando ocupó el cargo de presidente de APROMAR?
Cuando fui presidente de APROMAR, una de las mayores necesidades iniciales era la integración de las empresas en la asociación para poder obtener unidad de actuación. Ahora ya se ha conseguido y prácticamente en APROMAR participan casi el 100% de las empresas de acuicultura marina. Hace unos años también era necesaria la profesionalización de las empresas en un momento en el que el componente técnico y de investigación era más fuerte en las empresas debido a la necesidad de desarrollar nuevos sistemas de cultivos. Además, era importante comunicar a la sociedad qué era realmente la acuicultura, esa gran desconocida, un objetivo que poco a poco se va consiguiendo. Por último, necesitábamos que la administración proporcionara unas garantías en el modus operandi de las empresas. En ese periodo de cuatro años, también logramos avances puntuales e importantes como el canon de ocupación y el convenio colectivo.
¿Hacia dónde han evolucionado estas necesidades?
El sector empieza a salir de una crisis muy profunda y dura. En este contexto, algunos retos son parecidos, como la necesidad y obligación de comunicar mejor a la sociedad que la acuicultura es una actividad sostenible para generar alimento. Hay que ser conscientes de que tenemos muchos más puntos positivos que comunicar que negativos.
Por otra parte, seguimos con la necesidad de un apoyo más directo de la administración frente a otras actividades, así como de seguridad en la inversión. Tras años en los que predominaba la oferta, hemos conseguido un equilibrio con la demanda del consumo y ahora necesitamos seguir creciendo en base al mercado y una sostenibilidad de nuestra actividad.
Pero el sector está estancado. Según el último informe de APROMAR, las cifras de producción han descendido. ¿Cómo cree que deben afrontar las empresas esta situación?
Hemos estado estancados durante cuatro años y ahora empezamos a salir de una crisis que ha coincidido con un movimiento natural de concentración empresarial. La reestructuración ha sido muy dura y muchas empresas se han quedado por el camino, pero hay que aprender la lección y crecer conforme a la demanda del mercado. Ahora la inversión se puede afrontar con más tranquilidad debido al equilibrio del mercado.
Comentaba que el sector necesita potenciar la comunicación para acercar la acuicultura a la sociedad. ¿Qué actuaciones se podrían llevar a cabo?
Sigue habiendo dos líneas muy claras de comunicación. La primera, de carácter general, se centraría en transmitir a la sociedad qué es la acuicultura. Esta línea hay que mantenerla e incrementarla. Por otro lado, la segunda línea se basaría en el marketing y la comunicación corporativa de cada empresa para dar valor a su producto.
¿Considera necesario ofrecer un valor añadido al producto acuícola español en su conjunto?
Por supuesto. El sector de los productos del mar está evolucionando en temas de valor añadido aunque todavía en España sigue habiendo una demanda de pescado salvaje. Por eso hay que saber medir los pasos de transición y caminar en ese aspecto, pero esta evolución sigue el mismo camino que otras industrias ganaderas como el pollo o la cárnica, no estamos haciendo nada diferente. Hay que medir los tiempos porque es lo que garantiza la rentabilidad de la empresa.
Como director de APROMAR- cooperación, ¿podría hacer balance de los resultados de las actuaciones puestas en marcha?
La dedicación a la cooperación al desarrollo en acuicultura es menor de lo que nos gustaría hasta ahora por falta de medios. Pero confiamos en que, poco a poco, vaya aumentado. En general la cooperación en acuicultura se basa en tres pilares básicos. En primer lugar, en países en vías de desarrollo genera alimentos de buena calidad como es el pescado. También asienta y mejora las comunidades rurales de pescadores y, por último, genera puestos de trabajos en áreas y colectivos desfavorecidos.
En el caso de APROMAR Cooperación, estamos centrados desde hace dos años en actuaciones en Perú. Allí hemos desarrollado proyectos de evaluación de nuevas especies, de capacidad de carga y ahora también hemos firmado un acuerdo de transferencia tecnológica para el desarrollo de la acuicultura marina de peces que se llevará a cabo hasta el 2015.
También tenemos otras pequeñas colaboraciones y en un futuro esperamos poder ampliar las acciones con la puesta en marcha de proyectos de cooperación en África.
¿En qué campos se debería destinar la I+D+i en acuicultura?
Por un lado, la I+D+i se debería enfocar en el desarrollo tecnológico y biológico de especies de alto interés como el atún, el lenguado, la anguila, entre otras, ya que hay lagunas tecnológicas que son básicas. También sería necesario mejorar y trabajar en la selección genética de especies como la dorada, la lubina y la corvina. En el caso de la dorada y la lubina son especies ineficientes a nivel productivo al permanecer cuatro meses sin crecer, de modo que una selección genética básica mejoraría la productividad de la especie y bajaría los costes de producción. Por otro lado, hay una labor de trabajo importante de investigación y desarrollo que demuestre que no competimos con ninguna actividad de uso de la costa. Siempre se achaca que la acuicultura compite con actividades como la pesca y el turismo pero no es así, somos complementarios. Por último, sería necesario una mayor búsqueda de eficiencia energética.
Usted pertenece al grupo de pioneros que impulsó la acuicultura en España, ¿qué destacaría justo ahora que se celebra el 25 aniversario de APROMAR?
Hace 25 años los desafíos de la acuicultura marina eran de base tecnológica al no controlarse eficientemente los ciclos biológicos. Pero en estos momentos los retos son empresariales y de mercado. Es decir, ahora que estamos saliendo de una crisis se necesita crecer conforme a la demanda de mercado e invertir. No olvidemos que el papel de la acuicultura sigue siendo cada vez más potente a nivel mundial y la demanda de pescado aumenta. Por lo tanto, es un sector con un potencial real y los desafíos son empresariales para producir al menor coste posible de forma sostenible y equilibrada.
APROMAR colabora en el proyecto Mediterrane-On, impulsado por la Fundación OESA, para la definición de indicadores de sostenibilidad en la acuicultura de los países del Mediterráneo. ¿Cómo cree que se implicarán las empresas en la aplicación de los resultados que se extraigan de esta iniciativa?
El hecho de que las empresas participen en proyectos para mejorar la sostenibilidad de la actividad acuícola es casi innato y una necesidad para mantener en condiciones óptimas el medio en el que trabajamos. Aunque sólo fuera por esto, las empresas continuarán trabajando en la mejora de la sostenibilidad. La acuicultura es una de las actividades más sostenibles que puede haber a nivel mundial.
Vídeos: Entrevista a Juan Manuel Fernández Aldana Director de APROMAR Cooperación
Juan Manuel Fernández Aldana cuenta con más de 25 años de experiencia en el sector acuícola. En la actualidad dirige APROMAR-Cooperación, la línea de la Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos destinada a impulsar proyectos de cooperación al desarrollo en acuicultura. En esta organización ha participado en trabajos de cooperación en Perú y Marruecos.
Previamente, ocupó el cargo de director general de Niordseas entre 2001 y 2009, una actividad que compaginó en paralelo con la presidencia de APROMAR entre 2003 y 2007. En la década de los 90, desempeñó su labor como Director de Marketing en Ewos SA/ProAqua entre 1990 y 2000