Haroun Tabraue, Ricardo

Jueves, 9 Diciembre, 2010

El director del Centro de Biodiversidad y Gestión Ambiental de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Ricardo Haroun, ha participado en el Curso de Algas Marinas: Técnicas, Usos y Perspectivas de Desarrollo, organizado por el Ciheam del 22 al 26 noviembre. Además de colaborar en la organización, Haroun intervino como ponente en diversas sesiones, entre las cuales abordó los policultivos, y destacó la importancia de estas jornadas a la hora de actualizar y transmitir los conocimientos sobre el cultivo de macroalgas y microalgas. Haroun confía en que los alumnos, provenientes de diferentes países del Mediterráneo, puedan aplicar en sus regiones las recomendaciones y conceptos trabajados durante el curso.    

Usted ha participado y colaborado en la organización del curso de algas marinas que ha organizado el Ciheam ¿Qué sinergias se producen en estos encuentros?

Los asistentes al curso provienen de diferentes campos, de centros de investigación públicos, del ministerio o empresas privadas. Esta mezcla de diferentes ámbitos permite ver la problemática particular de cada uno y contrastarla con la realidad de otros grupos de trabajo.  En un congreso es muy difícil tener la oportunidad durante cinco días de discutir y resolver dudas de una forma tan directa como en este curso. Para los participantes y profesores es una interacción mucho más intensa.

¿Cómo ha evolucionado el sector del cultivo de algas en los últimos años?

Todos los temas relacionados con fuentes de energía alternativa empiezan a pulsar la atención pública y ciudadana. Comienzan a ser una de las demandas los temas relacionados con biofuel, biomasa y los derivados de microalgas para aplicaciones energéticas. Hay muchas expectativas, no hay tantos proyectos que hayan cuajado pero se puede ver esa evolución. Hay un boom mediático también relacionado con las microalgas.

Si nos centramos en su terreno, una de sus ponencias se basa en los policultivos de peces, macroalgas y orejas de mar. ¿Cómo se consigue este cultivo integrado y cuáles son sus ventajas además de ser un sistema más sostenible?

Tratamos de aprovechar el agua como recurso en el que cultivamos peces y macroalgas. Es evidente que al alimentar a los peces se genera una cantidad de nutrientes derivados del pienso no consumido o del propio metabolismo de éstos, . de esta forma el agua se ve enriquecida y las macroalgas utilizan ese incremento de nutrientes y la luz para generar su biomasa. Ésta, a su vez, puede ser utilizada para alimentar diferentes herbívoros, como en el caso de nuestro centro, la oreja de mar, los haliotis. Éstos no son tan espectaculares y grandes como los del Japón pero tienen un importante consumo y mercado en Europa. Además por nuestro estudio sabemos que las algas enriquecidas con esos nutrientes tienen mayor cantidad de proteína que las que pueden recolectarse en el medios. Por lo tanto, lo que también redunda en una mayor tasa de crecimiento. Adicionalmente, con este proceso el agua sale más limpia y podemos obtener dos o tres productos de acuicultura.

¿Qué otras investigaciones llevan a cabo en la universidad de las Palmas de Gran Canaria en el ámbito del cultivo de algas?

Por un lado, el diseño de biorreactores para el cultivo de microalgas y selección de cepas para la obtención de diferentes tipos de productos a nivel industrial. Y, por otro, seguimos perfeccionando las técnicas de cultivo integrado, analizando distintas especies de microalgas y su funcionamiento en diferentes épocas del año.
Recientemente, nos han concedido a la Universidad de las Palmas de Gran Canaria la calificación de campo de excelencia internacional de ámbito europeo para reforzar las actividades de cooperación al desarrollo con países de nuestro entorno geográfico.

¿Qué actuaciones van a desarrollar en el ámbito de campo de excelencia internacional?

Estamos trabajando con el gobierno de Senegal en un programa para acuicultura de peces y macroalgas, cuyo objetivo es trasladar el conocimiento que se ha ido generando en el centro al entorno cercano con empresas y cooperativas locales. La asistencia técnica es para el periodo 2010-2011. Pero esperamos poder continuar con el proceso, no sólo en la puesta en marcha de este programa sino también en el desarrollo y diversificación de otras áreas relacionadas con la acuicultura.

¿Cómo valora la implicación de las universidades en proyectos de cooperación internacional?

Cuando te mueves fuera de tu ámbito de trabajo y sales  a otros países, ves las posibilidades que se generan para desarrollar este tipo de actividades en acuicultura. La situación de nuestro centro de investigación es bastante relevante –colaboramos en Marruecos, Mauritania, Cabo Verde y Senegal- y podemos trasladar el conocimiento a los empresarios españoles que quieren desarrollar actividades en estos lugares. Hay que empezar a valorar un poco la experiencia acumulada y cómo es posible repercutir en sectores estratégicos en estos países dónde la pesca tenia hasta ahora más peso que la acuicultura hasta ahora no era importante. Pero está claro que la pesca en esos países está en declive, hay bastantes problemas y la acuicultura empieza a surgir como una alternativa viable para la población local y a nivel comercial. Es un mercado dónde los empresarios españoles con iniciativa podrían desarrollar su actividad.

¿En qué medida la universidad trabaja para dar respuesta a las necesidades de las empresas?

Desde el centro de Biodiversidad y Gestión Ambiental o desde el grupo de acuicultura tratamos de suministrar información técnica real, ya sea a la administración, empresarios o a otros grupos sociales. Por nuestro lado, la universidad trata de aportar el conocimiento y, en la medida de lo posible, las herramientas o recomendaciones que nos parezcan necesarias para que las actividades sean lo más sostenibles posible. Después ya responde a otros niveles de gobernanza los que deben adoptarlas. Como persona con una ética profesional, me gustaría que las recomendaciones que desarrollamos a través de un esfuerzo de investigación sean implementadas en diferentes ámbitos.

¿Por qué las Islas Canarias juegan un papel estratégico en el cultivo de algas?

Es verdad que somos una región ultraperiférica lejos de la península, pero también puede utilizarse este mismo argumento en el sentido positivo y decir que la situación geográfica de las islas es muy importante como comentaba antes en el ámbito de la cooperación. Por ejemplo, hace un mes tuvimos una reunión con 45 universidades africanas de diferente índole y también tenemos muchos vínculos con centros de investigación sudamericanos derivados de las propias características de la sociedad canaria y la estructura universitaria. Evidentemente, el ámbito geográfico en el que trabajamos es de aguas más cálidas que nos permite cultivar especies de peces, crustáceos y macroalgas que no son factibles en latitudes superiores. Ésta es de alguna forma la fortaleza de nuestra ubicación. La lejanía tiene su handicap pero también sus ventajas.

¿Hacia dónde se dirigen las investigaciones futuras?

Por un lado, a potenciar más aún el uso comercial de los sistemas integrados porque todavía en España, en general, y en Canarias, en particular, no son tan populares. Empezamos a tener alguna experiencia piloto pero todavía no hay esa profesionalización a escala comercial. Otras línea de investigación se basan en la mejora de la calidad de los sistemas de cultivo en el entorno donde se está desarrollando y en temas vinculados a la nutrición y la mejora de los piensos con ingredientes locales.

¿Con qué tipo de ingredientes experimentan para la mejora de los piensos?

Estamos trabajando con fuentes alternativas. Ensayamos con diferentes tipos de organismos que puedan ser suministros de esos ingredientes, desde erizos de mar a otras fuentes alternativas como vegetales. Por un lado, se trata de abaratar el pienso y que la calidad sea buena para los peces y los cultivos. Hay una colaboración muy estrecha con una fábrica de piensos locales para hacer piensos con algunos ingredientes vegetales.

¿Entre los ingredientes de los piensos se utilizan las algas?

No, hasta ahora hemos utilizado subproductos de la pesca procedentes del fileteado de pescados, así como cefalópodos y otras especies. También estamos estudiando el aprovechamiento de los erizos, que, a pesar de los comentarios, son una especie autóctona, cuyos predadores han sido eliminados por efecto de la sobrepesca local, lo que ha provocado una explosión demográfica en Canarias de hasta 10 erizos por metro cuadrado. A pesar de ello, esta especie se puede cosechar con técnicas apropiadas y aprovechar el caparazón como componente para mejorar la calidad del pienso. De hecho tenemos algún ensayo y funciona perfectamente a la hora de complementar la dieta.

Como director del Centro de Biodiversidad y Gestión Ambiental de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ¿Cómo considera que la acuicultura contribuye a la protección de la biodiversidad?

En diferentes foros donde participan grupos ecologistas y empresarios se ha discutido mucho sobre estos aspectos. Se plantea en algunos sitios que la acuicultura y la biodiversidad son incompatibles y no tiene por qué ser así. Es evidente que la acuicultura como actividad comercial tiene una serie de interacciones en el medio pero hay mecanismos y formas de hacerla sostenible. En el caso del Mediterráneo la acuicultura no tiene comparación con la contaminación derivada de las aguas residuales que se vierten en las zonas costeras, sin embargo, la acuicultura genera más controversia. Nosotros creemos que biodiversidad y acuicultura son compatibles.  Sí sabemos que la acuicultura con buenas prácticas será sostenible allá dónde quiera desarrollarse, prestando atención a la zona donde se realiza la actividad y utilizando las técnicas adecuadas.

¿Por qué considera que en ocasiones la sociedad tiene un punto de vista negativo de la acuicultura?

Es una cuestión de información pública, de transferir los conocimientos adquiridos de la actividad y que lleguen a los sectores sociales, que de alguna forma tienen un concepto erróneo. Por ejemplo, en la isla de Palma una de las empresas de acuicultura tuvo un escape masivo de lubinas en febrero como consecuencia de una tormenta. Los recursos pesqueros de la zona son escasos y por problemas de sobrepesca están bastante agotados. Evidentemente el escape generó bastante controversia a nivel social. Pero los pescadores dicen que al menos este año han pescado algo, ahora que hay lubina. Desde entonces estamos evaluando cuál es el efecto del escape, si es que ha sido tan destructivo, que parece que no. Y por otro lado, la sociedad en general también tiene el concepto de que los peces de acuicultura tienen peor sabor y que es mejor comer peces salvajes cuando tampoco lo tenemos justificado en ningún lado. Hacemos catas y tienen una calidad mejor que los salvajes y mayor durabilidad incluso de frescura. Ese tipo de información no llega a la sociedad y hay rumorología. Hace falta generar información más real sobre cómo se desarrolla la actividad de acuicultura para que la sociedad no tenga un concepto erróneo. Por ejemplo, explicar qué sucede dentro de una jaula durante el proceso normal de producción. Creo que hace falta más información pública o transferencia de un conocimiento más cercano.

Ricardo J.
Haroun
Tabraue
Titulacion: 
Doctor en Biología especialista en botánica marina
Profesión: 
Director del Centro de Biodiversidad y Gestión Ambiental de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Miscelánea: 

Es doctor en Biología especialista en botánica marina. Tras 4 años en la Universidad de Pesquería de Tokio, donde profundiza sus conocimientos sobre la gestión de los recursos biológicos costeros, trabaja durante 2 años en el Departamento de Biología Vegetal de la Universidad de La Laguna y desde 1990 es profesor en el Departamento de Biología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Su formación de postgrado se ha desarrollado en la Tokyo University of Fisheries (Japón), University of Leiden (Holanda), National Centre of Aquaculture, Eilat (Israel), Smitshonian Tropical Research Institution (Panamá) and University of Hawai'I (USA). Es autor de un centenar de trabajos científicos publicados en revistas del Scientific Citation Index, además de otros artículos, libros y capítulos de libros sobre biodiversidad marina y gestión de recursos marinos (especialmente interacciones ambientales con la acuicultura y áreas marinas protegidas). Ha dirigido siete Tesis doctorales, la mayoría de ellas relacionadas con diversos proyectos de investigación, tanto sobre aspectos de botánica marina como sobre ordenación y gestión de recursos marinos, prefrentemente en los archipiélagos macaronésicos (Canarias, Madeira, República de Cabo Verde), entre otros, Biota Marino, Macaronesia 2000, Canarias, Por una costa viva y Prevent escape.
En la actualidad es el Director del Centro de Biodiversidad y Gestión Ambiental de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Sus líneas de investigación comprenden distintos aspectos de la biología marina, tales como la ecología y la taxonomía de macroalgas, interacciones de la acuicultura -sistemas de biofiltro e impacto de los escapes de peces-, con especial atención a la conservación de los recursos biológicos del litoral, tales como sebadales, rasas intermareales y espacios marinos protegidos fomentando su conservación y uso sostenible.