Las jaulas de acuicultura en mar abierto constituyen un hábitat artificial nuevo que puede afectar a las poblaciones de peces pelágicos porque constituyen una fuente importante de alimentación para las comunidades de peces salvajes. Esta congregación tiene consecuencias ecológicas notables en áreas caracterizadas por ecosistemas empobrecidos como ocurre en el archipiélago canario (Atlántico Noreste). Sin embargo, este nuevo hábitat puede encontrarse dominado por una única especie, limitando sus efectos ecológicos positivos. Las comunidades salvajes de peces asociadas a jaulas en mar abierto localizadas en la costa noreste de la isla de Tenerife (Islas Canarias) fueron muestreadas a lo largo de 6 años. La estructura de la comunidad íctica varió significativamente entre las localidades de las jaulas y los controles (>500 m de distancia de las jaulas), con abundancias que fueron 13 veces superiores en las jaulas. Estas diferencias fueron debidas principalmente a la dominancia de la boga (Boops boops) alrededor de las jaulas de acuicultura. Esta tendencia fue consistente a lo largo del período de estudio (2004-2009), afectando a las capturas de los pescadores locales. La presencia de las jaulas de acuicultura afectó de forma significativa las poblaciones de peces en el área de estudio, con un incremento de la biomasa y abundancia de una especie, la boga, que determinó cambios en la composición de las especies