Karakassis, Ioannis

Jueves, 26 Mayo, 2011

El doctor del departamento de Biología de la Universidad de Creta (Grecia), Ioannis Karakassis, cuenta con una extensa trayectoria en el estudio de la ecología marina, la biodiversidad, y la acuicultura. Alerta que es necesario unir esfuerzos para desarrollar un sistema productivo sostenible que permita dar respuesta a las necesidades alimentarias de una población de unos 9.200 millones de habitantes prevista para el 2050.

Grecia se ha convertido en uno de los productores de dorada y lubina más importantes del mundo. ¿Qué medidas se han impulsado desde la Administración y los productores, para que el sistema de producción sea más sostenible?

Se han dado algunos pasos recientemente. Por supuesto, la acuicultura ha estado siempre bajo estrictas regulaciones. Para obtener una licencia, el productor necesita el consenso de las autoridades estatales y numerosos organismos, entre ellos varios ministerios como Medio Ambiente, Agricultura y Pesca o Turismo. Por otra parte, la regulación era bastante inflexible y el seguimiento bastante elemental. Hace dos años hubo una nueva normativa que adaptaba la capacidad de producción a las características ambientales del medio receptor, lo que permite una mayor producción en las instalaciones al trasladarse a lugares más profundos y en alta mar. También hubo una modernización de la vigilancia del Medio Ambiente. En la actualidad existe una consulta pública sobre una nueva Evaluación Ambiental Estratégica en la Planificación Nacional para la acuicultura, es decir, el establecimiento de zonas de desarrollo organizado de la acuicultura.

Usted fue coautor con Carlos Duarte del artículo "Will the Oceans help feed humanity" publicado en la revista Bioscience que apunta que la acuicultura marina será fundamental para alimentar a los 9.200 millones de personas que habitarán el planeta en el 2050. ¿En qué consistió el trabajo y cómo se llegó a esta conclusión?

En este artículo revisamos las tendencias de crecimiento de la población que han aportado las publicaciones científicas y coinciden en que es muy probable que la población alcance los 9 billones en la mitad del siglo XXI. Si tenemos en cuenta los alimentos necesarios para cubrir este volumen de población y el agua para mantener esta producción de alimentos, parece implicar que habrá que sustituir la producción de alimentos de plantas y animales terrestres a otros obtenidos a través de sistemas de producción que no sean dependientes del consumo de agua dulce. Los únicos sistemas de este tipo conocidos hoy en día son la pesca y la acuicultura marina. Sin embargo, el primero ha disminuido y causado serios problemas a la población de peces y otros componentes de los ecosistemas marinos. En este contexto, la acuicultura marina pasa a ser la única "esperanza", aunque su futuro es muy probable que sea bastante diferente al actual.

Entre los desafíos de la acuicultura, este mismo artículo menciona la necesidad de evitar la dependencia de las pesquerías en la elaboración de piensos con harinas de pescado y también de la agricultura en la producción de algunos piensos con soja. ¿Qué alternativas recomiendan?


Hoy en día la acuicultura consume grandes cantidades de harinas y aceites de pescado. Algunos tipos de cultivo de peces suponen un gasto enorme de alimentos. Por ejemplo, algunas instalaciones atuneras necesitan 20 kilos de peces comestibles para obtener 1 kilo de  atún de crianza. En el salmón la tasa es mucho menor, pero aún cultivamos una gran cantidad de peces carnívoros y esto es un derroche de energía. Nos lo podemos permitir en la actualidad, pero a largo plazo probablemente tendremos que abandonar estos cultivos. Es probable que la acuicultura sea capaz de transformar otros tipos de biomasa adecuada para el consumo a partir de los recursos marinos. La acuicultura continental, especialmente en Asia, ha tenido mucho éxito en la transformación de residuos en nuevos recursos, y probablemente tendremos que aprender algo de estas antiguas prácticas.

¿Qué líneas de trabajo se deben poner en marcha, sobre todo en Europa, para que este protagonismo de la acuicultura sea una realidad y sobre todo para alcanzar este nivel de producción de una forma sostenible, sin comprometer la conservación y la biodiversidad?

Hay algunos principios que siempre son útiles, como aumentar la inversión en investigación e innovación, minimizar los impactos ambientales, mejorar el proceso de selección de sitios, adoptar nuevas tecnologías para el equipo y alimentación, así como estar listo y alerta para evitar enfermedades y parásitos. Todos ellos se han aplicado desde hace décadas, pero creo que tenemos que rediseñarlos en una escala mucho más amplia. Al hacerlo,  probablemente encontremos que algunas de las certezas del pasado no servirán nunca más en el futuro. Cada sistema de producción presenta diferentes problemas a diferentes escalas. Este será probablemente el caso de la acuicultura. Estrategias como el Enfoque de Ecosistemas para la Acuicultura, que está todavía en desarrollo por grupos de trabajo de la FAO, son, evidentemente, útiles para mantener el proceso bajo control.

Cree que los recursos económicos y humanos que se destinan a la I+D+i en Grecia y en general en Europa, son suficientes o adecuados a las expectativas depositadas en este sector? ¿Qué medidas cree que podrían implementarse para dar un nuevo impulso al sector?


En Grecia, los recursos financieros y humanos asignados a la I + D+i son claramente insuficientes y es extraño siendo uno de los principales países productores en el Mediterráneo. Es cierto que la investigación sobre diversos aspectos de la acuicultura ha recibido algunos fondos en el pasado. Sin embargo, hoy en día no parece ser una gran prioridad para la UE. Es cierto que la Estrategia Marina incluye la acuicultura como una prioridad, pero esto no se traduce en una importante financiación en I + D+i. El nuevo papel de la acuicultura en el siglo XXI debe reunir a productores, científicos e instituciones reguladoras para diseñar las necesidades de la acuicultura marina del 2050. En cierta medida la iniciativa European Aquaculture Technology and Innovation Platform (EATIP) podría desempeñar un papel en la definición de prioridades para el futuro próximo, y también la Unión Europea y/o los estados miembros tienen que invertir en innovación para la acuicultura del futuro, que puede ser muy diferente a lo que vemos hoy.

La Universidad de Creta también participa en el proyecto Prevent Escape con el objetivo de prevenir el número de fugas de peces en viveros flotantes. ¿Cuáles son las principales conclusiones que por ahora se desprenden del estudio?


No quiero desvelar la sorpresa, pero se ha avanzado en todas las líneas de trabajo del proyecto. Hemos investigado la extensión del escape, la gestión principal y las razones técnicas responsables de estos fracasos, además de los patrones de comportamiento de las diferentes especies de peces antes y después de escapar. Ahora estamos en el último año del proyecto, por lo tanto, la recopilación de datos está a punto de terminar y el análisis, en curso. Esperamos discutir los resultados preliminares con las partes interesadas y otros científicos en la conferencia de la EAS (Sociedad Europea de Acuicultura) que se celebrará en Rodas en octubre.

¿Cree que los indicadores de sostenibilidad, en los que está trabajando el Comité de Acuicultura de la FAO y el proyecto Mediterrane-On de la Fundación OESA y la Fundación Biodiversidad, pueden ser una herramienta válida para promover y visibilizar la sostenibilidad acuícola? ¿Cómo podrían  hacerse llegar a la sociedad, los resultados obtenidos con su aplicación?


La FAO y las iniciativas de la CGPM son iniciativas de análisis y reflexión muy interesantes, que a menudo se producen documentos importantes. Sin embargo, la falta de financiación adecuada impone ciertas limitaciones sobre el uso potencial de estos trabajos. Este es el caso de INDAM y SHoCMed que proporcionan una excelente base para la armonización de los reglamentos del Mediterráneo, políticas o enfoques a los problemas afines a la cuestión general de la sostenibilidad de la acuicultura. Sin embargo no hay manera de que organicen un gran encuentro con todos los actores importantes y, en particular, con los representantes de las autoridades reguladoras de alto rango jerárquico de forma que puedan tomar decisiones vinculantes en nombre de sus organismos. Esto significa que el impacto de estas iniciativas en el mundo real será mucho más lenta y tal vez mucho más limitado de como podría o debería ser.

Ioannis
Karakassis
Titulacion: 
Doctor en Biología Marina. Universidad de Creta (Grecia)
Profesión: 
Profesor asociado en el departamento de Biología de la Universidad de Creta (Grecia)
Miscelánea: 

Lidera el equipo de investigación de Ecología de los Ecosistemas Marinos y la Biodiversidad en Grecia y es responsable del Centro de Referencia en el medio marino griego, asociado a la Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA).
Ha participado y coordinado más de 30 proyectos nacionales e internacionales de investigación, entre los cuales destacan:
Prevent Escape de ámbito europeo, destinado a mejorar y proponer recomendaciones a fin de mejorar la tecnología y estrategias para reducir el número de fugas de peces en viveros flotantes.
Aquagris: proyecto de gestión ambiental para una acuicultura sostenible
Aqcess: Sostenibilidad económica y social en acuicultura
MEDVAG: Efectos de la liberación de nutrientes de las instalaciones de crianza de peces del Mediterráneo a la vegetación bentónica d elos ecosistemas.
Es miembro de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y del grupo de trabajo sobre enfoque de ecosistemas en la acuicultura de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), entre otros organismos.
Ha publicado más 160 artículos en publicaciones científicas.