Simard, François
Desde los años 80 ha estado vinculado al mundo de los océanos, la pesca y la acuicultura. ¿Qué le impulsó a sumergirse en el estudio, gestión y gobernanza de este ámbito de actividad?
El océano es el pulmón de la Tierra. Además, es una importante fuente de alimentos. Creo que es imprescindible hacer todo lo que podamos para proteger los ecosistemas marinos y las funciones que desempeñan para mantener la vida en el planeta y proporcionar alimentos. Hay que hacer esfuerzos para entender cómo funcionan los ecosistemas marinos y utilizar estos conocimientos para mejorar la gobernanza y la gestión de los medios marinos.
Volviendo la vista atrás, ¿qué destacaría de la evolución del estado de nuestros mares en estos 35 años, su biodiversidad y la interacción con la pesca y la acuicultura?
Las presiones antrópicas sobre los ecosistemas y los recursos marinos son cada vez más fuertes por una razón obvia, el crecimiento de la población humana. Pero, al mismo tiempo, creo que empezamos a darnos cuenta de la importancia de los océanos y su biodiversidad. Hay muchas iniciativas para mejorar la conservación, crear áreas marinas protegidas y preservar especies en peligro. En el ámbito de la pesca, cada vez cobran más importancia las iniciativas de pesca sostenible con un enfoque ecosistémico. Todavía no disponemos de un conocimiento adecuado para gestionar realmente los stocks de pesca de forma sostenible, pero hay progresos. La acuicultura también ha tomado conciencia de la importancia de sus interacciones con el medio ambiente, y en particular, con los ecosistemas y la biodiversidad a nivel local. Pero todavía queda mucho por hacer antes de conseguir realmente una acuicultura integrada en los ecosistemas locales. Hay progresos obvios y la voluntad de mejorar y conseguir una acuicultura sostenible.
La acuicultura ya ha superado en producción a la pesca a nivel mundial. ¿Cree que a largo plazo será la manera habitual de aprovisionamiento de productos acuáticos para la mayor parte de la humanidad?
Creo que la pesca se mantendrá al nivel actual o será un poco inferior. Los productos pesqueros tendrán cada vez más valor en el mercado, por lo que la pesca tendrá futuro si se mantiene por debajo de las capturas máximas, llegando a un nivel óptimo que tenga en cuenta el funcionamiento de los ecosistemas y no solo los stocks de pesca como hasta ahora. Por el contrario, la acuicultura va a seguir creciendo. Se enfrenta al reto de ser una de las actividades con mayor volumen de producción para dotar de proteínas a la población mundial.
Ante este auge, ¿qué retos afronta la acuicultura mundial?
La acuicultura de peces se enfrenta principalmente a dos retos: el espacio y el pienso. El océano es inmenso, pero los lugares idóneos para acuicultura no son tan numerosos ya que las necesidades son diversas y se vinculan a criterios medioambientales, económicos y sociales. El desarrollo sostenible de la acuicultura debe hacerse dentro de planes de desarrollo integrados, basados en la planificación espacial marina, que tiene en cuenta otras actividades marinas y costeras y que contempla la conservación de los ecosistemas.
Por otro lado, el pienso tiene que evolucionar hacia la utilización de fuentes de proteínas y lípidos sostenibles. Los peces marinos en acuicultura se alimentarán en el futuro de un pienso compuesto principalmente de proteínas y lípidos vegetales, incluyendo algas, que procederán de cultivo sostenible. La harina de pescado procedente de la pesca -la anchoveta- será una de las fuentes de gran valor que se utilizará únicamente para unos ciclos particulares, como en la alimentación de los juveniles. Pero queda todavía mucho desarrollo técnico e industrial para lograr este objetivo.
Desde la UICN ¿cómo se están abordando las interacciones entre el medio ambiente y la acuicultura?
Partimos de la base de que la visión de la UICN es “un mundo justo que valora y conserva la naturaleza” y su misión es influenciar, alentar y ayudar a las sociedades de todo el mundo a conservar la integridad y diversidad de la naturaleza y asegurar que todo uso de los recursos naturales sea equitativo y ecológicamente sostenible. Por lo tanto, la UICN está a favor del desarrollo de una acuicultura sostenible que utiliza y mantiene los servicios ecosistémicos.
España se encuentra a la cabeza de la conservación marina en Europa al haber superado el 8% de la superficie marina protegida. Este avance se ha conseguido en el marco del proyecto LIFE+ Indemares, coordinado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. ¿Cómo valora estos resultados y cuáles cree que son los siguientes pasos a seguir?
En la Convención sobre Diversidad Biológica (CDB) la meta 11 sobre áreas protegidas es alcanzar el 10% de los océanos protegidos en 2020. Por lo tanto, está bien tener un 8% en 2016, pero hay que seguir adelante. Además, el número es importante pero la calidad lo es todavía más. Esas Áreas Marinas Protegidas (AMP) tienen que ser gestionadas eficientemente y formar redes ecológicas también eficaces. Otro paso importante es también la integración de las AMP. Aquí volvemos a la idea de planificación espacial marina y al papel central que las AMP tienen dentro de este proceso. Es decir, que las áreas marinas protegidas tienen que desarrollarse dentro de la socioeconomía y no pueden quedar fuera del desarrollo económico y social.
El objetivo de proteger el 10% de los océanos en 2020, está todavía muy lejos de alcanzarse. ¿Qué políticas se deberían adoptar para proteger no sólo las aguas territoriales de cada país sino el conjunto de los océanos?
Unos países conseguirán o superarán el 10% en 2020, pero efectivamente la mitad de los océanos se encuentran fuera de la jurisdicciones nacionales de los países, es decir, en alta mar. Se está negociando un acuerdo para implementar la Ley del Mar (UNCLOS) sobre la biodiversidad. Según este acuerdo, será posible declarar áreas marinas protegidas en alta mar, pero esa negociación puede tardar unos años y, si se consigue, habrá que poner en marcha unos procesos complejos para declararlas y gestionarlas.
¿Cómo ha avanzado el proceso abierto en Naciones Unidas para alcanzar acuerdos que permitan crear áreas protegidas en aguas internacionales?
En estos momentos, los países se encuentran en una fase de preparación de la negociación. El paso actual es muy importante porque definirá el alcance del acuerdo. Por ejemplo, unos países no quieren incluir la pesca, lo que le daría, desde mi punto de vista, mucha menos importancia al acuerdo. El periodo de preparación tiene que concluir en 2017 y la negociación misma empezará en 2018. Si todo esta bien preparado, la negociación podría ser bastante breve, pero puede también durar varios años.
Recientes estudios auguran que en 2050 habrá más cantidad de plásticos que de peces. ¿Qué recomienda la UICN para poner freno a esta catástrofe?
El impacto de los plásticos en el mar es muy preocupante. Están por todas partes y no únicamente en la superficie. Se estima que el 70% de los plásticos están en la columna de agua o sobre el fondo y una mayor parte de ellos son microplásticos o nanoplásticos y, por lo tanto, es imposible recogerlos. Ante esta situación, hay que investigar más sobre las consecuencias de estos residuos dentro de los ecosistemas marinos para entender cómo se podrían gestionar, y, por otro lado, se debería detener la producción de plásticos y reciclarlos, hacer todo lo que podamos para que no vayan al mar: filtrar las aguas residuales, poner en marcha sistemas eficiente de reciclaje o utilizar materias alternativas para los usos de los plásticos.
¿Cómo podríamos revertir la situación en la que se encuentran nuestros océanos para garantizar la salud y el bienestar de las generaciones futuras?
Hay que cambiar completamente nuestra percepción de los océanos. Sabemos que los océanos no son una fuente infinita de recursos y tampoco pueden funcionar sin ecosistemas sanos. Hay que situar a los océanos en el centro de nuestra visión de futuro del planeta. No pensar únicamente en la utilización de los océanos sino en su conservación. Vamos caminando en la buena dirección, pero todavía son fuertes el desarrollo a corto plazo y el “cebo de la ganancia”. El papel de los políticos es importante. Ellos deben tener una visión más a largo plazo y no quedarse con sus años de poder.
TEST RAPIDO
¿Mar, río, playa o montaña? Playa, pero con poca gente y mirando hacia el mar.
Un lugar para perderse o encontrarse. Una biblioteca.
Su plato favorito. El sushi (en Tokyo), el pescado al espeto (en la playa en Málaga), una pasta a los frutos del mar (en un pueblito de Liguria).
Un truco en la cocina. Coger lo mejor de cada ingrediente, respetándolos por lo que son.
Un personaje público al que invitaría a comer. Nadie, me gusta más comer con amigos.
Su libro o película favorita. Hay tantos! Pero diría: L’écriture ou la vie de Jorge Semprun.
¿Vino o cerveza? Las dos cosas…. Y más.
¿Viaje de placer o aventura? Placer con un poco de aventura.
François Simard es el director adjunto del Programa global marino y polar de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Tras finalizar la licenciatura de Hidrobiología en la Universidad de Toulouse, pasa un año en la Universidad de Pesca de Tokio y obtuvo el Diploma de Estudios Avanzados (DEA) en ictiología aplicada en la Escuela Nacional Superior de Agronomía de Toulouse en 1982. Su carrera como investigador continua en Japón durante seis años más en la Universidad de Pesca, la Embajada de Francia y en la Casa franco-japonesa, donde se dedica a cuestiones relacionadas con la acuicultura, la ordenación del litoral y la pesca artesanal. Durante estos años, trabaja con un grupo de expertos franco-japoneses en temas vinculados a la ordenación integral del litoral. A continuación, ocupa el cargo de subdirector del Museo Oceanográfico de Mónaco durante 12 años. En el transcurso de este periodo, profundiza en el conocimiento de la conservación marina gracias a su participación activa en la Comisión Mundial de Áreas Protegidas de la UICN. En 2003, es nombrado coordinador del Programa marino para el Mediterráneo de la UICN, con sede en Málaga. En 2009, desarrolla el Programa global marino, en particular, centra su trabajo en las áreas marinas protegidas y la utilización sostenible de los recursos. Asimismo, participa en numerosos proyectos europeos y mundiales de gran envergadura. Es miembro de diversos comités de gestión y comités científicos sobre cuestiones relacionadas con la acuicultura y los ecosistemas marinos (OrAqua, ClimeFish, Arraina, EcoAqua). También es miembro de la Junta Directiva de la EATIP. Aunque es biólogo de formación, François Simard ha desarrollado competencias en cuestiones relacionadas con la planificación, la conservación, el desarrollo y la gobernanza.
Foto: Julie Gourvès / AAMP